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  • 3:28 pm
  • Ago 19, 2022

Rolando Álvarez, el martirio del obispo que siendo joven rehusó ir al Servicio Militar

POR DESPACHO 505.- A Rolando Álvarez lo han visto con escoba en mano barriendo un templo católico, lo han visto bailar, jugar fútbol en sotana, bañarse en pantalones cortos y sin camisa en un río de montaña. Viajar en bus de pie y en los último días, se le vio caminar entre policías y antimotines desafiando […]
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POR DESPACHO 505.- A Rolando Álvarez lo han visto con escoba en mano barriendo un templo católico, lo han visto bailar, jugar fútbol en sotana, bañarse en pantalones cortos y sin camisa en un río de montaña. Viajar en bus de pie y en los último días, se le vio caminar entre policías y antimotines desafiando a los represores de Nicaragua.

Se encuentra secuestrado en la Curia de Matagalpa por orden de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo desde hace seis días. Están irritados con él, no le perdonan que desde el púlpito sea el obispo que en el país grite verdades, llame a los creyentes a pensar en los que sufren bajo la bota y las armas y defienda los derechos humanos de los nicaragüenses.

“Lo seguirá haciendo, aunque en ello se le vaya la vida o se la arrebaten”, dicen quienes lo conocen.

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Álvarez no es un religioso más de la iglesia Católica nicaragüense. No es la primera vez que encara al poder y tampoco es la primera ocasión en que tenga que defenderse del mismo agresor. Es obispo, miembro de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), administrador de las Diócesis de Matagalpa y Estelí y una voz que al menos 300,000 fieles de las ciudades del Norte oyen.

Como líder de pastoral juvenil, el ahora Obispo, fue detenido al menos tres veces por oponerse radicalmente al Servicio Militar Obligatorio en los años 80, recordaron sus familiares en entrevistas pasadas.

Enemigo del servicio militar

Siempre se opuso al servicio militar, otra acción del mismo represor de hoy, Daniel Ortega, que trajo dolor y muerte a los nicaragüenses en su primer Gobierno le costó el exilio a Guatemala. Y no solo a él sino que a su familia entera. Era irse, cárcel definitiva o la misma muerte.

Vida católica

Quiso ser sacerdote desde niño, influenciado por sus padres, a quien él siempre recordó en sus entrevistas, haciendo vida católica. El obispo Álvarez nació en Managua el 27 de noviembre de 1966.

Fue su hermana Vilma Álvarez, a quien el religioso vio siempre como una segunda madre. Fue ella la que le escogió el nombre: Rolando. El segundo, José, fue un acuerdo entre sus padres y una tía que vivía con ellos, por la devoción a San José, “cabeza de la sagrada familia”.

monseñor Rolando Álvarez en la catedral de Matagalpa

Su madre Ángela Lagos, es originaria de Chinandega, militó en el Camino Neocatumenal y hacía atol para vender, mientras que su padre, Miguel Álvarez, un obrero de Managua, pertenecía a la comunidad Renovación Carismática, ambas expresiones de la Iglesia Católica.

Su familia ha dicho que aunque el obispo usa sotana, es difícil separarlo del recuerdo del niño que creció con pantalones cortos, camiseta y botitas de cuero.

El 4 de agosto del 2015, Álvarez, detuvo su camino en Río Blanco, se quitó la sotana y vestido de short tipo bermuda, sin camisa se echó al río en Wanawás. Ahí la revista digital Mosaico congeló el momento en dos fotografías a un Rolando Álvarez feliz. “Es él, es el mismo muchacho”, dijeron familiares.

Matrimonio con Dios

Álvarez hizo sus primeros estudios en el Instituto Didáctico Domingo Faustino Sarmiento de Managua. En sus últimos meses en primaria, un imberbe Rolando José, pidió a la dirección del instituto que le dejaran impartir clases de catecismo a los estudiantes de secundaria que no habían hecho la primera comunión. Su camino religioso comenzaba.

A los 10 años Rolando José ya tenía cargos de dirección en el grupo juvenil de la iglesia de Campo Bruces en Managua. A los 14, hizo su confirmación y a los 16, lideró en pleno las pastorales juveniles de Masaya y Carazo que pertenecían a la Arquidiócesis de Managua.

Los obispos hemos recordado que una auténtica democracia es el fruto de los valores como el respeto a la dignidad de la persona, de toda persona, el respeto a los derechos humanos, el bien común como criterio regulador de la vida política, la institucionalidad, la separación e independencia de los poderes del Estado. ¿Existen en Nicaragua esas condiciones básicas e indispensables para el ejercicio de elecciones libres, justas y transparentes?, cada nicaragüense debe responderse y de acuerdo a su respuesta decida y actúe (…)”, homilía de monseñor del 24 de octubre de 2021.

Desde ahí desafió al primer Gobierno de Daniel Ortega oponiéndose al secuestro de jóvenes que después aparecían integrados al Servicio Militar Patriótico (SMP), y que arrastró a la muerte a más de 55 mil jóvenes en la década de los 80.

Exilo en Guatemala

La persecución en su contra y las detenciones que sufrió, lo llevaron a exiliarse en Guatemala, donde logró el status de refugiado. Allá ingresó al colegio católico San Pablo, donde se bachilleró con honores. Entró al Seminario Mayor Nacional Nuestra Señora de la Asunción de la Ciudad de Guatemala e hizo estudios de Filosofía.

En la Pontificia Universidad Lateranense en Roma, consiguió su bachillerato en Teología y en la Pontificia Universidad Gregoriana, se graduó en Licenciatura en Filosofía.

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Y siguió con el Curso de Formación Permanente para los Presbíteros, en el Istitutum Sacrum Ministerium de la Congregación para el Clero de la Santa Sede. Egresó también como Máster en Doctrina Social de la Iglesia de la Universidad Pontificia de Salamanca.

“Nicaragua se desangra, en el sufrimiento de los privados de libertad, en la desintegración familiar, en los enfermos por la pandemia; por la extrema pobreza, el desempleo, por la injusticia con el campesinado. En cada realidad, se encuentra el Carpintero de Nazareth”, homilía 4 de julio de 2021.

Monseñor Rolando Álvarez durante un chapuzón en Wananás Cortesía Mosaico

Fue ordenado presbítero el 7 de diciembre de 1994, en la Catedral Metropolitana Inmaculada Concepción de María de la Arquidiócesis de Managua por el desaparecido cardenal Miguel Obando. Tenía 28 años. El muchacho de los pantalones cortos los dejó para siempre y adoptó la sotana. Atrás también quedaron tres novias de juventud, una idea que alguna vez tuvo por dirigir algún negocio y una carrera de administración de empresas a la que aspiró y que nunca comenzó.

¿Por qué tan rebelde Monseñor?

La vida de religioso de monseñor Álvarez está ligada a muchos grandes nombres de su Iglesia. Tuvo la oportunidad de ser ordenado sacerdote por el mismo papa Juan Pablo II, pero declinó al honor, porque quería ordenarse en su país y no causarle un desaire al cardenal Obando.

Y fue el mismo papa Benedicto XVI, el que lo nombró Obispo de Matagalpa el 8 de marzo de 2011. Al mes siguiente, el 2 de abril, le tocó al cardenal Leopoldo Brenes, en su calidad Arzobispo de Managua, ordenarlo obispo.

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De los varios cargos que antes tuvo Monseñor Álvarez un par de ellos explican su trabajo pastoral y su relación con los medios de prensa de la Iglesia; el cargo de Prefecto de Disciplina en el Seminario Mayor Arquidiocesano La Purísima y el de Secretario de Medios de Comunicación de la Conferencia Episcopal de Nicaragua y Secretario de Información y Prensa de la Curia Arzobispal de Managua. También, el director de Radio Católica.

obispo frente a policias nicaragua actual
Obispo de Matagalpa de rodillas con el Santísimo Sacramento Foto Cortesía

Álvarez es también considerado una de las voces más críticas de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo desde la iglesia Católica. Pero, ¿por qué tan rebelde?

“Mis padres me criaron amando la libertad”

El Obispo parece tener una explicación para eso. “Creo que nosotros pertenecimos a una generación de jóvenes que nos tocó conquistar a precio de persecución y dolor nuestra libertad”, dijo en una entrevista que le hizo la revista Magazine.

Añadió que sus padres lo criaron “amando la libertad” y que la prefería, incluso si debía escoger entre ella y “un pedazo de pan”. “Un pan sin libertad es humillación al ser humano”, argumentó en esa entrevista.

Como miles de nicaragüenses, unos en prisión, otros asesinados y una buena parte en el exilio forzado, Álvarez y la misma Iglesia a la que pertenece, pagan un costo alto por pensar de esa forma.

Este 19 de agosto, cumplió quince días preso en su residencia investigado por la Policía Orteguista por, supuestamente, liderar un plan para organizar grupos violentos y de “desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales”.

En horas de la madrufada de este jueves fue sacado de la Curia Episcopal donde permanecía secuestrado y llevado por la Policía sandinista con rumbo desconocido. La orden la dio el mismo represor que hace 40 años, lo quiso mandar a morir a una guerra que nunca tuvo sentido.

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