Presos políticos de abril: un año de saña y cautiverio
Los presos políticos son víctimas de la saña del régimen sandinista, sino también sus familias que han sido víctimas de persecución.
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Abril es el rugir de un pueblo con ansias de libertad y justicia, pero también es un mes de luchas y compromisos. Hace un año, cerca de celebrar el quinto aniversario de la rebelión cívica de 2018, la dictadura sandinista encarceló a opositores obligándolos al cautiverio y el sufrimiento.
Para la opositora y activista política, Ivania Álvarez, el encarcelamiento de más de 30 personas en abril de 2023 representa el miedo del régimen sandinista, pero también el sufrimiento del pueblo nicaragüense y de las familias que padecen el cautiverio injusto.
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Olesia Muñoz, Victor Ticay, Jasso Salazar y los sirineros de Nindirí, son algunos de los personajes más emblemáticos de abril del año pasado que cumplen un año bajo cautiverio dentro de las mazmorras de la dictadura sandinista.
“Muchos de sus familiares empezaron a buscarlos en El Chipote, en La Modelo, hasta que lograron que se les reconocieran que estaba en el Distrito III (de Managua). De ahí empezaron a llevar alimentos y equipos de aseo, y luego todos fueron trasladados a La Modelo y La Esperanza”, recuerda Álvarez.
Según la opositora, fueron más de 30 personas que se sumaron a la lista de presos políticos de Nicaragua en ese mes. “Fueron secuestrados en abril del año pasado y los relacionaron con el tema religiosa y obviamente con su activismo en contra del gobierno”, asegura.
Un año de demandas y persecución
Álvarez considera que en un año ha incrementado la persecución en Nicaragua, pero sobre todo la vigilancia contra los familiares de presos políticos.
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Ha conocido de casos donde la misma Policía asedia a familiares de reos de conciencia y viola todo derecho a la privacidad durante las visitas a La Modelo y La Esperanza.
“Creo que este año ha sido el peor para los familiares, ya que a diferencia de otros, estos presos hablan muy poco y esto es debido a que hay una gran persecución y amenazas a los familiares (porque) los hacen firmar cartas que van a la visitas, los revisan (y) les dan seguimiento”, afirma.
“Últimamente hemos tenido denuncias de que los llaman por teléfono para preguntarles cómo están, qué están haciendo, a qué se dedica; es un seguimiento y un acoso constante”, agrega.
Debido a estas condiciones en Nicaragua, la opositora cree que no solo los presos políticos son víctimas de la saña del régimen sandinista, sino también sus familias.