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  • 12:33 pm
  • Mar 14, 2024

Dictadura obliga a sacerdotes de la iglesia católica reportar todas sus actividades a Policía

Según la denuncia, sacerdotes de la iglesia católica son obligados a reportar todas sus actividades personas y religiosas como visitas a enfermos, citas médicas, compras al supermercado, eucaristías, entre otros.

Rosario Murillo destierra a sacerdotes exorcistas como parte de su campaña de desprestigio en contra de la iglesia católica. Foto: NA.
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Pese que la vicedictadora Rosario Murillo el pasado 7 de marzo aseguró poner fin al ciclo de persecución en contra de la iglesia católica y sus autoridades, una guerra que ella misma declaró desde 2018, los ataques, hostigamientos y prohibiciones aún continúan denunció la abogada e investigadora, Martha Patricia Molina.

A través de sus redes sociales, Molina denunció que sacerdotes de la iglesia católica permanecen vigilados 24 horas al día por parte de la dictadura sandinista, quienes son obligados a reportar cada uno de sus movimientos, hasta para ir al supermercado.

LEER MAS: “La situación de la iglesia católica en Nicaragua continúa siendo adversa”, dice Martha Patricia Molina

La creadora de la investigación Nicaragua, ¿Una iglesia perseguida?, detalló que los religiosos (sin especificar nombres) tienen que reportar a la Policía Sandinista cada una de las actividades que realizarán durante el día como visitas a enfermos, citas médicas, compras al supermercado.

Además, los sacerdotes deben de reportar toda su agenda religiosa como los horarios de las eucaristías, bautizos y confesiones.

Por otro lado, otros religiosos de distintos departamentos y comunidades del país, son obligados a presentarse en una estación policial de Managua cada cierto tiempo, para controlar que no hayan huido del país.

Murillo miente sobre fin a la guerra contra la iglesia católica

Desde las protestas de abril de 2018, la administración pública Ortega-Murillo observó que la Iglesia católica adoptó una posición frontal a favor del respeto a la vida y los derechos humanos, comenzó un ataque en su contra para apartarla y silenciar su voz profética, pero la Iglesia se aferró a los principios del evangelio y siguió ejerciendo su labor pastoral

Casi 6 años después, mediante una alocución Murillo aseguró poner fin a la guerra contra el purpurado y se comprometió supuestamente a respetar la libertad de culto de la iglesia nicaragüense que ha sido víctima de la represión estatal al contabilizar decenas de religiosos y sacerdotes exiliados, desterrados y sin derecho a retornar al país.

LEER MAS: La relación entre la Iglesia católica y el gobierno de Nicaragua está en su peor momento ¿Cómo llegó ahí?

Las Palabras de Murillo surgen luego que el cardenal Leopoldo Brenes, anunciara su renuncia oficial como obispo Auxiliar de Nicaragua tras cumplir 75 años.

En medio de sus muestras de falso arrepentimiento, Murillo también se burló y celebró que muchos sacerdotes y religiosos católicos ahora permanecen condenados injustamente al exilio y al destierro forzado de la dictadura sandinista.

Dijo que “gracias a Dios”, su plan diabólico contra la iglesia católica cerró “aquel oscuro pasado”, ese que no la deja descansar y del que siempre tiene pesadillas, que es la rebelión cívica de abril de 2018 que este próximo mes cumple su sexto aniversario.

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