• Managua, Nicaragua
  • 3:46 pm
  • Oct 18, 2021

“Con el diablo no se dialoga nunca”: sacerdote nicaragüense

MANAGUA —La última voz crítica que aún sobrevive en Nicaragua es la de la Iglesia católica, después que el encarcelamiento de los principales líderes políticos, campesinos y empresariales en el país centroamericano impuso una especie de autocensura. “Casi no hay nadie que se atreva a hablar. Daniel Ortega impuso un estado de terror de facto”, […]
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MANAGUA —La última voz crítica que aún sobrevive en Nicaragua es la de la Iglesia católica, después que el encarcelamiento de los principales líderes políticos, campesinos y empresariales en el país centroamericano impuso una especie de autocensura.

“Casi no hay nadie que se atreva a hablar. Daniel Ortega impuso un estado de terror de facto”, dice el analista político Enrique Sáez.

A semanas de las elecciones, la Iglesia precisamente es quien ha denunciado “que se ha perdido una oportunidad valiosa para enderezar el rumbo” que lleva Nicaragua, “para solucionar “los problemas sociales, políticos y económicos, al no dar cabida a la pluralidad de pensamiento de todos los sectores”.

“Se les ha excluido”, dice la Iglesia, argumentando que el mandatario sandinista, que busca reelegirse junto a su esposa, la también vicepresidenta, Rosario Murillo, han olvidado el perdón que pidieron a la Iglesia antes de llegar al poder en 2007 y han arremetido nuevamente contra el clero, como ocurrió en los1980, llamando a los obispos y sacerdotes “demonios con sotanas, hijos del demonio”, entre otros calificativos.

Ante este panorama, el sacerdote Edwing Román habló sobre los ataques de Ortega y Murillo contra la Iglesia y el futuro del país. Román es una de las voces más críticas en Nicaragua. En medio de la crisis de 2018, acogió a manifestantes en el templo San Miguel Arcángel, en la ciudad de Masaya, al sur de Managua.

En 2019, el sacerdote volvió a tomar relevancia al recibir a un grupo de familiares de reos políticos que se mantenían en huelga de hambre en el templo. La policía cercó la iglesia y suspendieron la energía durante una semana completa, imposibilitando la salida de los opositores.

La Voz de América quiso conocer su valoración de la situación actual.

VOA: Padre, hemos visto que el gobierno de Ortega y Murillo ha retomado los ataques contra la iglesia y a los sacerdotes los ha llamado “demonios”, ¿Cómo responde a esto?

Román: Siempre lo han hecho aún de modo solapado. Si alguna vez han logrado acercarse, inclusive verlos recibir la Eucaristía en Misa, ha sido por un acto de hipocresía buscando imagen, sin embargo “por sus frutos los conoceréis”, San Mateo 7:16-21.

También los fariseos acusaron a Jesucristo de demonio, y de otros apelativos.

VOA: Estos ataques contra la iglesia no son nuevos. En los 1980 se dio, pero Ortega pidió perdón en 2006 durante su campaña electoral por los graves errores que cometió en ese entonces. ¿Fue una estrategia o cómo lo tildaría usted?

Román: Estrategia e hipocresía. (A Ortega) se le vio hasta de camisa blanca con cuello corto, simulando un cuello clerical.

VOA: Cambiando de tema, ¿Cómo ve el panorama de las elecciones? La Arquidiócesis de Managua ha dicho que Nicaragua se enrumba a un futuro incierto.

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