Murillo lamenta femicidios en Nicaragua y omite señalar la incapacidad de la Policía en estos casos

La vocera sandinista Rosario Murillo, se lamentó este miércoles sobre el aumento de los casos de femicidios en Nicaragua y dijo que estas tragedias “lesionan la dignidad de cada una de nosotras por la que tanto hemos luchado”.

Mientras anunciaba con alegría la inauguración de la segunda e inútil Comisaría de la Mujer en el municipio de Tecolostote, Boaco, Murillo condenó la lista de mujeres que han perdido la vida en las últimas semanas a manos de sus cónyuges.

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“Lamentar que en los últimos días hemos tenido una serie de tragedias que nos involucran a mujeres que lesionan la dignidad de cada una de nosotras por la que tanto hemos luchado”, expresó la vicedictadora.

Aunque adelantó que se preparan para ejecutar planes de acción para contrarrestar los femicidios, Murillo omitió referirise a la incapacidad de las Comisarías de la Mujer en todo el país ante la alerta que existe por el riesgo de vida que sufren las nicaragüenses.

“Estamos trabajando para un plan especial desde el Instituto de la Mujer, desde las Comisarías de la Mujer, para ver cómo incidimos más en la vida cotidiana; nos denigran a todos y nos degradan a todos”, añadió.

Dice que hay una “cultura violenta desde hace siglos”

En medio de los señalamientos de organizaciones feministas y defensores de derechos humanos que acusan a la Policía y el Poder Judicial de ignorar los casos de alerta para prevenir los femicidios, Murillo se justificó diciendo que en Nicaragua existe “una cultura de siglos que no se puede cambiar en pocos años o meses”.

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En ese sentido, argumentó que su obligación es hacer cambios en la vida de las mujeres y ayudar a prevenir los femicidios, por ello la necesidad de ejecutar planes de acción.

Sin embargo, para organizaciones feministas, es claro que desde las Comisarías de la Mujer en todo el país, que son más de 300, lo que se hace es engavetar las denunciar y hacer caso omiso al riesgo de vida que sufren las nicaragüenses.

“Tenemos la obligación de avanzar y procurar los cambios indispensables para que la vida de cada una de nosotras las mujeres no se exponga al riesgo de una terrible cultura de depredadores, una cultura violenta, una cultura que agrede y mata”, finalizó.