ONU advierte que la situación de derechos humanos en Nicaragua es alarmante

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), Volker Türk, demostró una vez más que los derechos humanos agonizan en Nicaragua debido a la presión, el control y el desequilibrio mental que que ejercen los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo desde el Ejecutivo.

Con estas declaraciones, la ONU denuncia cómo la dictadura aniquila de un “tajazo” la independencia de los Poderes y la democracia de un Estado de Derecho.

Türk dijo que desde hace casi seis años, abril de 2018, en Nicaragua existe una campaña sistemática de represión dirigida en contra de manifestante del régimen Ortega y Murillo, así como para personas defensoras de los derechos humanos, periodistas y políticos, quienes sufrieron en carne propia las torturas y el encarcelamiento de la dictadura criminal de Ortega.

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Para el Alto Comisionado de la ONU, es aún más preocupante la documentación de graves violaciones a los derechos de las mujeres, sobre todo aquellas que se dedican al activismo LGTBI+ y en el ámbito político.

Pero resulta más alarmante cómo la dictadura sandinista desafió a la iglesia católica y ha desatado una guerra campal en contra de sus autoridades en Nicaragua.

Türk recordó que “la iglesia católica y otros grupos religiosos han sido objetos de ataques inquietantes símbolos de los esfuerzos del partido gobernante por consolidar su control en todas las esferas de la sociedad y reprimir cualquier voz independiente”.

Nicaragua aún contabiliza presos políticos

Asimismo, recordó que en las prisiones de Nicaragua aún permanecen 111 personas detenidas por razones políticas, a quienes se les han ultrajado sus derechos humanos.

Según el Alto Comisionado de la ONU, son 19 mujeres y 92 hombres.

“Las autoridades nicaragüenses ejercen un control ahora casi total sobre el sistema judicial que hace tiempo a perdido cualquier independencia”, afirmó.

“Mi oficina ha documentado torturas físicas contra algunas de estas personas, así como múltiples violaciones al debido proceso”, añadió.

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Ante este escenario hostil para los derechos humanos, Türk llamó nuevamente al régimen de Ortega a liberar de forma inmediata a todas las personas presas políticas, así como a respetar su dignidad y derechos humanos.

Y finalmente, instó a los dictadores en “El Carmen” a que se permita “el regreso seguro de todos los nicaragüenses que deseen volver al país y la salida de todas las personas que quieran partir de Nicaragua, especialmente a los hijos y cónyuges que buscan la reunificación familiar”.

Dictadura se siente “chimada” con esta denuncia internacional

La procuradora general de Nicaragua, Wendy Morales, señalada de servir bajo los intereses del régimen orteguista, rechazó las críticas de Türk y las calificó de manipulación y de “intervenir en los asuntos internos nicaragüenses”.

Sus declaraciones parecen escritas por la vicedictadora Rosario Murillo, como una forma de lavarse las manos por la ineficiencia del Sistema de Justicia para defender los derechos humanos del pueblo oprimido.

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Durante su intervención ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Morales aseguró que los dictadores sandinistas “no acepta que se manipule” la defensa de las libertades con “informes preparados con supuesta objetividad o sensatez, justificando en éstos una evidente nula preocupación por Nicaragua”.

Y reiteró que dichas acusaciones de Türk “violan el principio de no intervención”. Además, llamó “falta de integridad y moralidad” a los mecanismos de derechos humanos de la ONU y les suplicó que en su lugar promuevan “la práctica del respeto, la tolerancia y la convivencia pacífica de las naciones”.