Familias nicaragüenses no logran costear “dieta básica” de arroz y frijoles ante alza de precios

El economista y analista político, Enrique Sáenz, descartó las posibilidades de que las familias nicaragüenses logren comprar la dieta básica del hogar, como son el arroz, los frijoles, el queso y las tortillas, debido al exorbitante precio de la canasta básica en Nicaragua, que probablemente siga en aumento, mientras el régimen sandinista no adopte medidas que “gradualmente disminuyan estos precios”.

Durante su programa “La Economía de Nicaragua en 10 Minutos” transmitido todos los martes a través del medio aliado 100% Noticias, Sáenz detalló cómo el alza en el precio de la canasta básica ha golpeado “significativamente” el bolsillo de las familias, mientras el país se sumerge en el desempleo y la falta de oportunidades.

Con datos oficialistas del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE), que recientemente develó el nuevo costo de la cesta familiar correspondiente al mes de abril de 2023, el economista nicaragüense evaluó “el grito al cielo” de las familias más empobrecidas del país al conocer que en un año la canasta básica pasó a cotizarse de 13,720 córdobas a 19,234.

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Para Sáenz, la “dieta básica” como es el arroz, los frijoles, el queso y las tortillas, es inalcanzable para muchos sectores poblacionales de Nicaragua que consideran como una de las preocupaciones principales el alza de la cesta familiar.

Libra de frijoles cuesta más del 50% que hace un año

El economista explicó que de acuerdo a datos del INIDE, en abril de 2022, la libra de frijoles costaba 22 córdobas y, un año después, pasó a 35 córdobas, es decir, sufrió un incremento exagerado del 57%. En el caso del queso, en abril del año pasado se cotizaba en 99 córdobas, pero 12 meses después incrementó a 135, equivalente a un 38% más.

La tortilla que INIDE mide por libra y no por unidad para evitar que el tamaño o el grosor de la tortilla afecte el precio, en el cuarto mes de 2022 alcanzó los 22 córdobas, pero un año después subió a 28, representando un aumento del 19% y el arroz pasó de 17 córdobas a 18, un aumento del 11%.

“En promedio entonces la dieta básica de los nicaragüenses aumentó muy por encima de el 20%. Una familia, un trabajador, un asalariado, un trabajador por cuenta propia, un pequeño o micro empresario, necesitaba haber aumentado de manera significativa sus ingresos para poder seguir el alza de los precios”, asegura Sáenz.

Mientras los gobiernos internacionales se reivindican para descender la taza inflacionaria de sus economías, en Nicaragua las cifras son cada vez más desalentadoras, pues este año, con el precio de la canasta básica, registró su pico más alto en la historia reciente del país, y con salarios mínimos que se mantienen por debajo de los 11 mil córdobas, dependiendo del área laboral, según datos oficiales, ya que en muchas ocasiones, el sector informal sobrevive con 200 córdobas diarios.

El economista valora que el salario mínimo en las zonas franca, las cuales recibieron un ajuste del 8% este año, alcanzan un salario mínimo de 8,100 córdobas, pero “¿cuánto es el costo de la comida?”, cuestiona Sáenz. “Cómo va a ajustar para comer un trabajador de la zona franca si la canasta básica supera los 19 mil córdobas”, agrega.

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Nicaragua urge de medidas para “reprimir” el alza de la canasta básica

Sáenz también hizo referencia a la innumerable cantidad de asalariados en las pequeñas y micro empresas, las cuales develan como salario mínimo 5,500 córdobas. En el caso de los trabajadores públicos, estos reciben al rededor de 6,500 como salario mínimo, según registros oficiales, que no alcanza ni para costear la mitad del precio de la comida.

“Esa es la situación que viven las familias nicaragüenses, una preocupación tres veces al día y todos los días. En mi opinión, tenemos que hablar de las penurias que todos los días afrontan las familias nicaragüenses”, destaca el economista.

Sáenz afirma que es evidente que un gobierno democrático y transicional en Nicaragua no “resolverá de la noche a la mañana este tipo de problemas”, pero la adopción de “políticas inteligentes que gradualmente disminuyan estos precios o impidan que aumenten de manera drástica”, sí lo pueden lograr.

“Lo que se necesita es un gobierno preocupado por solucionar los problemas de la población, y no ocuparse solo de los discursos, las confrontaciones entre las potencias y de reprimir a los mismos nicaragüenses”, finaliza el experto en economía.