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  • 10:59 pm
  • Dic 5, 2021

Monseñor Báez: Necesitamos rebeldía intelectual y espíritu crítico frente al sistema dominante.

En su homilía del Segundo Domingo de Adviento, Monseñor Silvio José Báez, reflexionó sobre un texto del evangelio de San Lucas, en el que se describe el mapa del poder político y religioso de la época en la que surgió Juan Bautista, el profeta que anunció y preparó la llegada del Mesías. En su reflexión […]
Monseñor Silvio Báez
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En su homilía del Segundo Domingo de Adviento, Monseñor Silvio José Báez, reflexionó sobre un texto del evangelio de San Lucas, en el que se describe el mapa del poder político y religioso de la época en la que surgió Juan Bautista, el profeta que anunció y preparó la llegada del Mesías.

En su reflexión afirmó que por la historia se sabe que las personas mencionadas no fueron ejemplo de bondad y rectitud, sino que se caracterizaron por la falsedad, la crueldad, la inmoralidad o la hipocresía religiosa.

“La voz de Juan resonaba fuerte y clara: “Preparen el camino del Señor, enderecen sus sendas” (Lc 3,4). ¡Qué necesarias son hoy las voces que llaman a no conformarnos con la mediocridad y nos invitan a enderezar la vida personal y la convivencia social, según la voluntad de Dios! ¡Qué importantes son las voces que gritan sin temor en nombre de Dios la verdad e invitan sin desfallecer a tener esperanza!”, dijo en su mensaje bíblico.

El jerarca de la Iglesia Católica dijo que veces una voz puede parecer poco, sobre todo si resuena solitaria, sin el apoyo de otras voces. Sin embargo, una sola voz que se atreva a decir la verdad con valentía tiene una fuerza asombrosa, aunque sea sólo una voz en el desierto.

“No lo dudemos. Una sola voz serena y fuerte que haga renacer la esperanza y no se deje intimidar por nadie, produce un efecto sorprendente, aunque sea sólo una voz en el desierto”, expresó.

Agrego que se necesitan personas como Juan El Bautista en una sociedad donde la inconformidad y la rebeldía son necesarias para promover cambios verdaderos y no meramente cosméticos.

“Necesitamos de rebeldía interior para no resignarnos a aceptar como normal un mundo en el que valen más las cosas que las personas. Necesitamos de rebeldía intelectual, para atrevernos a pensar con libertad y con espíritu crítico frente al sistema dominante. Necesitamos rebeldía profética para alzar la voz en nombre de Dios y denunciar los crímenes de los opresores, animar a los decaídos, iluminar a los confundidos, cuidar de los pobres y defender a las víctimas”, afirmó Monseñor Báez.

Abismos hay que llenarlos con justicia y misericordia 

El jerarca dijo que a nivel social, los abismos profundos que ha producido la violencia del poder autoritario, hay que llenarlos con la justicia y la misericordia. Hay que restaurar a las víctimas con la justicia, honrando su memoria y devolviéndoles su dignidad, pero también hay que restaurar al delincuente con la misericordia, haciendo que responda por sus delitos y pueda recuperar su humanidad olvidada.

“Con el pasar del tiempo se corre el riesgo de descuidar la memoria de las víctimas. Los hondos y dolorosos barrancos de la historia no se superan ignorando la verdad y burlando la justicia”, enfatizó.

Indicó que “tenemos que bajarnos para ver a los demás como iguales, escucharlos con atención, tenderles la mano y sobre todo para dialogar con respeto”.

“La historia nos enseña que los conflictos entre los pueblos y naciones, incluso los más graves, pueden encontrar soluciones válidas sólo a través del diálogo, única arma digna del ser humano y capaz de garantizar una paz duradera”, afirmó Báez.

No obstante, manifestó que ningún diálogo funciona cuando no se respetan los derechos humanos y que es imposible dialogar sin restablecer las libertades ciudadanas, sin liberar a quien está la cárcel por pensar diferente y sin renunciar a usar la violencia para imponerse. Aun con los mejores garantes o mediadores del mundo, un diálogo no será exitoso, si alguna de las partes no está dispuesta a abajarse y escuchar, a reconocer sus errores, ceder y cumplir con lo acordado.

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“Para dialogar hay que rebajar los montes y las colinas de la arrogancia”, resaltó el líder religioso.

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