• Managua, Nicaragua
  • 6:21 pm
  • Oct 29, 2023

Monseñor Báez a Ortega Murillo: son “cínicos” por calificar sus delitos “de bendiciones divinas”

Durante su homilía de este domingo 29 de octubre, el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, llamó “cínicos” a los tiranos nicaragüenses por calificar de “bendiciones divinas” las injusticias que cometen a diario, así como las violaciones a los derechos humanos y su afán por continuar en el poder sobre el sufrimiento del pueblo. […]
Monseñor Silvio Báez
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Durante su homilía de este domingo 29 de octubre, el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, llamó “cínicos” a los tiranos nicaragüenses por calificar de “bendiciones divinas” las injusticias que cometen a diario, así como las violaciones a los derechos humanos y su afán por continuar en el poder sobre el sufrimiento del pueblo.

El obispo Báez recordó este domingo la enseñanza de la iglesia católica conforme al primer mandamiento de la Ley de Dios que es; “amar a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a tí mismo”, el cual encierra la voluntad inmensa del creador con su pueblo. En ese sentido, sugirió la importancia de “servir, perdonar y ayudar”, que son principios de todo ser humano.

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Señaló además que existen personas que se vanaglorian y se describen como grandes cristianos que “aman a Dios” para ocultar sus delitos. El obispo católico se refirió a los tiranos, esos que no tienen más voluntad que la violencia y la represión para atornillarse en el poder, peor peor aún, porque hablar de las “bendiciones de Dios” para justificar sus crímenes.

Por ello, monseñor Báez dijo que “vivimos engañados y somos más fariseos que cristianos si pensamos que conocemos y amamos a Dios y vivimos de espaldas a los demás, sin tenderles la mano, sin compartir sus dolores, sin perdonar sus errores, sin servirles y ayudarles”.

“También en la sociedad, pues el amor tiene también una dimensión social y política. Por eso son unos mentirosos los tiranos que con cinismo se llenan la boca hablando e invocando a Dios, e incluso calificando de bendiciones divinas sus delitos, ilegalidades y actos de corrupción”, criticó el obispo católico.

Rosario Murillo es la primera que todos los días invoca a su “dios” para agradecerle por la “paz” que hay en Nicaragua, que no es otra cosa más que un ambiente hostil, represivo y lleno de odio, pues en el país se prohibe la libertad de prensa, expresión y de religión, se encarcela y se destierra a quienes se oponen al discurso oficialista, y se utiliza la dignidad de las personas para ensalzarse y vanagloriarse por encima de las necesidades del pueblo.

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“Dicen amar a Dios mientras ellos mismos ocupan su lugar creyéndose dioses, se enriquecen a costa de los pobres, irrespetan los derechos de las personas y oprimen a sus pueblos. Ese “dios” del que hablan los dictadores no es el Dios verdadero, a quien no se le puede amar si no se ama y se respeta a los demás”, añadió.

La migración divide, indica el religioso

Monseñor Báez también se refirió a la migración que azota al pueblo nicaragüense, con mayor frecuencia, por al represión del régimen sandinista. El religioso dijo que la guerra y la migración es producto de las injusticias y la pobreza a la que es sometida los pueblos del mundo.

Asimismo, advirtió que “el desamor es el único pecado que vuelve desierta la tierra e impensable el futuro”.

“A la raíz de las relaciones problemáticas, los disgustos y separaciones en la familia y el abandono de las personas enfermas y ancianas hay una escandalosa falta de amor a Dios y al prójimo. Porque nos hemos cerrado al amor a Dios y al prójimo. Vivimos en un mundo martirizado por la guerra, herido por el drama migratorio de tantas personas y familias y afligido por el flagelo de la injusticia y de la pobreza”, cuestionó.

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Por ello, Báez nos invita a ser libres, sin condiciones, sin obstáculos, y a entregarnos a la voluntad de Dios que se encierra en “el amor a Dios y al prójimo”.

“Jesús todo lo ha reducido al amor a Dios y a los hermanos. Amar no es un sentimiento, sino un acto de la libertad que decide buscar siempre y a toda costa el bien de la persona amada. Amar no es una obligación, sino una necesidad para vivir”, finalizó.

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