Murillo se olvidó de Dios en su cartilla de prevención de riesgo social para la juventud

Con una fotografía de Rosario Murillo ubicada inmediatamente después de la portada, como dando la bienvenida, y otra de Daniel Ortega al final del documento, en señal de despedida, la dictadura sandinista presentó esta semana su cartilla de prevención de riesgo social entre adolescentes y jóvenes, donde el “componente espiritual” es el gran ausente.

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El documento de 17 páginas titulado: Adolescentes y jóvenes valientes en tiempos de esperanza y paz: Cartilla de prevención del riesgo social, plantea que los riesgos sociales son situaciones que ponen en peligro la vida e integridad de adolescentes y jóvenes, los cuales son conocidos por la familia y comunidad, por lo que se pueden identificar y así incidir para su prevención antes que lleven a los adolescentes y jóvenes a cometer un delito.

Luego se explican los diferetes niveles de riesgo, que van desde el personal, el familiar y el riesgo comunitario, lo cual implica consecuencias graves para la vida de los jóvenes y adolescentes como por ejemplo: La adicción al alcohol y las drogas, el deterioro de la salud fisica y mental; enfermedades de transmisión sexual; paternidad y maternidad a temprana edad; el involucramiento en actos delictivos; ser candidato a ir a la cárcel y en el peor de los casos la misma muerte.

Hasta allí, todo parece bien. Sin embargo, al plantearse la interrogante de qué pueden hacer las familias al identificar a un grupo de adolescentes y jóvenes en riesgo social, la primer recomendación de la cartilla es “llamar a la línea telefónica 118″, de la policía sandinista”.

Proyectos sociales no deben ser excluyentes

Además el primer consejo que indica la cartilla de Murillo es acercarse a pedir ayuda a las instituciones de gobierno, “para que te acompañen en el proceso de superación de los riesgos sociales y adicciones, no tengas miedo o pena, ten fe y hacé realidad tus sueños”, inidica la cartilla aprobada por la vice dictadora Rosario Murillo.

Un sociólogo con larga experiencia en varios proyectos sociales, que por temor a represalias pide que no le revelemos su nombre, considera que la buena implementación de cualquier proyecto que busca un impacto social, depende de la participación de la comunidad en general, sin exclusiones de ningún tipo.

“Excluir a las iglesias y a organismos que ya tienen experiencia en abordar este tipo de problemáticas, y que son parte de una comunidad, es señal de que aquí no se busca solucionar ni atacar ninguna de las amenazas de riesgo a la que está expuesta todos los días la juventud en Nicaragua”, agrega el especialista.

Agrega que cualquier plan de la dictadura debe leerse entre líneas, porque a nivel social, como gobierno están desgastados, y han ocupado a la policía como el brazo represor que ejecuta toda la violencia política que se genera en el país, y ahora pretende colocar a esa institución agresora y violadora de los derechos civiles, como la que colabora y ayuda a resolver los conflictos que ponen en riesgos o en situación de violencia a los jóvenes en Nicaragua.

El “mensaje” de Murillo a las iglesias

“Murillo pretende que los nicaragüenses vean a la policía sandinista como la primera en ser tomada en cuenta, como esa autoridad que brinda la primera luz que alumbra y aporta con su actuar las soluciones a los problemas de riesgos sociales de los jóvenes, es una lavada de cara, que solo busca poner a la fuerza policial como la sobre protectora y garante de la paz y la tranquilidad en Nicaragua”, considera el sociólogo consultado por Nicaragua Actual.

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Además agrega que para poder alinear mejor el discurso que justifique los ataques de la dictadura contra la iglesia católica en Nicaragua y contra organizaciones de la sociedad civil, el régimen mejor opta por excluir a las iglesias en la búsqueda de soluciones a problemáticas sociales, y así enviar un mensaje de que no necesitan la religión en ninguno de sus planes.

“Murillo con esta cartilla quiere enviar un mensaje no solo a la niñez y a la juventud en Nicaragua, sino también a todas las iglesias que existen en el país; quiere decirles que su existencia ya no tiene sentido, que la parte espiritual no tiene ninguna importancia, que para resolver problemas tan graves como la criminalidad entre los jóvenes, solo es necesaria la policía y el aparato estatal al servicicio de la dictadura”, concluye el especialista.