Ortega utiliza instituciones de seguridad para espiar y vigilar opositores y religiosos católicos
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En un informe publicado por el Departamento de Estado de Estados Unidos sobre Prácticas en Derechos Humanos de Nicaragua, señala a la dictadura Sandinista de cometer distintas formas de espionaje contra periodistas, religiosos y medios de comunicación para vigilar las “comunicaciones privadas en línea sin la debida autorización legal”.
El informe advierte que el régimen sandinista ha utilizado redes de contrainteligencia de la Policía y troles cibernéticos al servicio de Rosario Murillo, para vigilar a los opositores y religiosos para restringir, interrumpir el acceso a Internet o censurar contenidos en línea transmitidos por estos.
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También, la Policía y los grupos paramilitares se encargaban de monitorear los teléfonos y los correos electrónicos de los opositores, y dirigir el acoso y vigilancia en reuniones de partidos políticos y la sociedad civil.
“La policía rodeaba, vigilaba y amenazaba habitualmente las reuniones de partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil, así como las iglesias católicas. La policía entró en espacios de reunión privados para interrumpir reuniones de partidos de la oposición y organizaciones de la sociedad civil”, dicta el informe.
Otras de las formas de espionaje que el informe menciona, es que la tiranía sandinista ha enviado a sus grupos de vigilancia a las misas en las distintas parroquias del país, para identificar algún mensaje político emitido por los religiosos durante sus sermones.
Esto conllevó a que varios sacerdotes fueran objeto de secuestro, impidiendo que algunos curas salieran de las parroquias durante días seguidos sin luz, agua, alimentos, ni le permitían la visita de laicos o familiares.
Últimamente la iglesia católica ha sido el banco de los ataques represivos dirigidos contra clérigos, quienes fueron víctimas de la censura y la confiscación de varias estaciones radiales y televisivas transmitidas en distintos departamentos del país, así como el cierre de organismos no gubernamentales de origen religiosos.
El régimen canceló el registro de al menos 26 medios de comunicación el año pasado, incluidas ocho estaciones de radio y dos estaciones de televisión de propiedad y administración de la Iglesia católica.