Sacerdote critica a países y organismos religiosos que guardan “silencio cómplice” ante crímenes de Ortega
Durante la entrega al premio Libertad al Obispo Álvarez, el padre Benito llamó “cómplices” y “cobardes” a quienes han guardado silencio y no han denunciado los crímenes de Ortega.

Padre Benito Martínez recibiendo premio Libertad 2024 de monseñor Rolando Álvarez.
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Durante un discurso del sacerdote excarcelado y desterrado a Estados Unidos, Benito Martínez, al recibir el premio a la Libertad 2024 que fue otorgado a monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí por el Instituto Republicano Internacional (IRI), criticó fuertemente a los jerarcas de la iglesia católica por su “silencio cómplice” contra los crímenes y violaciones cometidos por el régimen sandinista en Nicaragua.
El padre Benito reprochó la indiferencia auspiciada por las Conferencias Episcopales de Nicaragua y el mundo, instituciones y países que han guardado silencio ante las expulsiones, encarcelamientos, secuestros, confiscaciones y destierro de decenas de religiosos por la dictadura Ortega Murillo.
“Yo les suplico en nombre de Dios, en nombre de la Iglesia en Nicaragua, en nombre de todos los nicaragüenses: No engrosemos la lista de países, instituciones, de conferencias episcopales de América Latina y del mundo, de personajes, que en esta hora difícil y amarga que vivimos los nicaragüenses, han vuelto los ojos hacia otra dirección, en un silencio cómplice y cobarde, del cual habríamos deseado estuvieran exentos los obispos que conforman la Conferencia Episcopal de Nicaragua”, dijo el religioso.
Al recibir el premio otorgado al Obispo Álvarez, el padre Benito expresó que ese premio sea un ejemplo de lucha y más bien deponer los intereses personales ante el bien común de los pueblos.
En ese sentido, el líder religioso ha sido uno de los sacerdotes en criticar fuertemente el actuar de la oposición nicaragüense, quienes han sido tildados de anteponer sus intereses propios que la libertad y democracia de Nicaragua.
Es por ello que elevó su voz a las organizaciones y países democráticos, para que vuelvan su mirada hacia la iglesia y pueblo de Nicaragua, “donde se han violado todos los derechos humanos, comenzando por la dignidad a la persona y su derecho a libre ejercicio de sus creencias”.
Por tanto, el premio lo dedicó a todos los exiliados, desterrados, opositores y religiosos excarcelados políticos, a las víctimas y madres víctimas del régimen sandinista, y a todos los asesinados en las protestas antigubernamentales de 2018.