• Managua, Nicaragua
  • 1:41 pm
  • Ene 18, 2023

“El régimen está al lado de empleadores, trabajadores no están protegidos”: Ex empleada de zona franca

La ausencia de sindicatos independientes y un Ministerio del Trabajo (Mitrab) que no le interesa defender los derechos laborales de miles de trabajadores, en su mayoría mujeres, es el pan de cada día en las zonas francas de Nicaragua. La legislación nicaragüense en materia de protección a los trabajadores de las zonas francas está desactualizada […]
  • Prensa Nicaragua Actual
  • Nicaragua Actual

La ausencia de sindicatos independientes y un Ministerio del Trabajo (Mitrab) que no le interesa defender los derechos laborales de miles de trabajadores, en su mayoría mujeres, es el pan de cada día en las zonas francas de Nicaragua.

La legislación nicaragüense en materia de protección a los trabajadores de las zonas francas está desactualizada y no cumple con las necesidades de protección laboral, asegura Ana Gómez, ex empleada de zonas francas y ex promotora de defensa de derechos de la mujer del Movimiento de Mujeres Trabajadoras y Desempleadas “María Elena Cuadra”, (MEC).

PUEDES LEER: Trabajadores de zonas francas recibirán aumento de apenas 600 córdobas

“Tras ser despedida de manera injustificada junto a mis compañeras, incluyendo trabajadoras con cinco o diez años de antigüedad, nunca recibimos respuesta de nada; el nuestro fue un despido colectivo y el Estado no hizo nada por nosotras; fuimos abandonadas y desprotegidas como mujeres”, señala Gómez.

Gómez asegura que las violaciones que más se cometen en las empresas de zonas francas son los despidos bajo el artículo 45 del Código del Trabajo, que normalmente se usa para prescindir de los servicios de cualquier empleado, cuando los empleadores consideran que los trabajadores tienen muchas ausencias o fallas en sus labores.

“En referencia a las violaciones, menciono el tema de la salud, en una zona franca es un problema pedir un permiso para ver a un médico, aunque uno muestre una cita o lleve la constancia que emite el doctor”, refiere Gómez.

¿Considera que que el salario de los trabajadores de zonas francas es justo?

“Claro que no es justo. No hay justicia con el salario de una trabajadora de zona franca, porque ganábamos el básico, y si queríamos ganar más, había que hacer hora extras o trabajar hasta los domingos, y así se deterioró nuestra salud”, indica Gómez.

“Yo salí con una hernia cervical por estar trabajando ahí día y noche. Nos sentíamos bien pagadas porque al no haber más trabajo no teníamos otra alternativa más que las zonas francas, pero salimos de ahí con secuelas debido al trabajo bajo presión”, asegura Gómez, quien trabajó durante 18 años en empresas de zonas francas.

Caso #2. Mercedes del Carmen Castrillo Sánchez, 19 años

Yo trabajaba en el área de empaque y doblado de una empresa china, en la zona franca Las Mercedes, allí se fabricaban chaquetas estilo jeans, hacía mi trabajo y realizaba lo que ellos me decían, pero sin ninguna razón me despidieron. Solo me llamaron a la oficina, y me dijeron que había sido cancelada. Sin ninguna razón”.

Relata que no le entregaron ningún documento que dijera el porqué la estaban despidiendo.

No buscó ayuda legal porque vio cómo cancelaban a dos amigas suyas que entraron al mismo tiempo que ella, y aunque buscaron hacer prevalecer sus derechos laborales no obtuvieron ninguna respuesta, “así que no quise buscar ni averiguar más”, asegura.

Ahora permanece como ama de casa, mientras se esfuerza por hacer que el salario de su esposo alcance para cubrir los gastos del hogar, lo que incluye a sus dos hijas, misión que solo le resulta posible gracias al apoyo del abuelo de las niñas.

MÁS NOTICIAS: Dictadura de Ortega coloca a Nicaragua a la cabeza de la inflación en Centroamérica

Mercedes no descarta volver a buscar trabajo en una empresa de zona franca, aunque  sostiene que sería en alguna empresa de Portezuelo o en otra, pero menos en la zona franca Las Mercedes.

Caso #3. Estela Medina Rojas, 28 años, habitante Barrio Grenada, Managua

Yo entré a trabajar en septiembre del 2020 a una de esas empresas de zona franca, ahí en Las Mercedes, pues me dijeron que mucha gente había renunciado por miedo a contagiarse del Covid. Pero una vez que empecé a trabajar supe que además del miedo al Covid muchas estaban renunciando para irse a Costa Rica o Estados Unidos.

Entré el 1 septiembre y ya en octubre vi que a los demás les entregaron sus colillas, pero a mí y a otras tres que empezamos a trabajar el mismo día no nos dieron… preguntamos y nos dijeron que todavía no salían, que esperáramos al otro mes por la colilla, pero en la quincena a mí ya me estaban deduciendo la cuota del seguro social.

Las otras trabajadoras me habían dicho que a la mayoría las atendían en el Hospital Bautista. Llegó noviembre, y otra vez no nos salieron las colillas, pero igual nos dijeron que había un retraso, que siguiéramos esperando.

El asunto es que el 18 de diciembre a media noche a mí se me pegó un dolor insoportable en una pierna y en el abdomen, entonces mi compañero me pregunta por la colilla y que en cuál hospital estaba afiliada… yo le dije que no me la habían entregado todavía, pero que a las demás compañeras les tocaba ir al Bautista y que allí mismo iba a ir yo.

La cosa es que llego al Bautista y les digo que era nueva en la empresa y que no me habían dado colilla todavía, entonces allí me buscan en el sistema, pero no me hallan, y me dicen que yo no estoy afiliada con ellos y que solo me podían atender en privado, pero eso era carísimo.

Y yo con el gran dolor, a esa hora me tuvo llevó mi compañero al Lenín Fonseca, allí me dijeron que era apendicitis.

Luego mi compañero fue a avisar a la zona franca lo que me había pasado para ver lo del subsidio y allí le dijeron que yo no tenía derecho a subsidio porque mi contrato era temporal.

Un abogado me dijo que podía llevarme el caso para demandar a la empresa, pero ni yo ni mi compañero quisimos meternos a ese problema, y así lo dejamos.

Sabíamos que era injusto lo que me habían hecho, pero aquí en Nicaragua no vale la pena pelear por tus derechos, porque más bien salimos perdiendo.

Caso #4. Antonio Suárez, 26 años, habitante Barrio 18 de Mayo, Managua.

Trabajar en las zonas francas resulta muy complicado siempre. Una vez que empezaste a trabajar o buscas trabajo en las zonas francas, tenés que saber que nunca vas a tener tiempo para vos, para tu familia, para hacer gestiones que uno necesita hacer, porque allí no hay permisos, se trabaja duro siempre, una vez que estás adentro cuesta obtener un permiso para lo que necesites.

Aunque pidas el permiso, no te toman en cuenta, porque para que seas escuchado ahí, tenés que tener mucho tiempo trabajando, y según la labor que hagan allí adentro, porque hay diferentes quehaceres. Una persona con dos o tres meses de trabajar ahí no tiene como decir un rango, como para que te escuchen sobre algo que necesitas o una inquietud que uno tenga.

Según la labor que tengas, hay puestos como más importantes que otros. Entonces, según tu puesto, si te necesitan bastante, te escuchan, te pueden dar un permiso, pero si tenés una ocupación por decirlo baja, te miran así, como cualquier cosa. Tu trabajo no es respetado. Es súper complicado.

zonas francas mujeres derechos
Las mujeres están desprotegidas por la falta de actualización y cumplimiento de la legislación en materia de derechos laborales en las zonas francas de Nicaragua

Yo miré en el tiempo que estuve trabajando muchas anomalías, problemas, maltratos a los trabajadores, uno encima del otro, incluso los supervisores, pleitos y todo eso.

Maltrato verbal y psicológico si lo hay pues varias veces miré la forma en que algunos compañeros que trabajaban ahí se tardaban más de un minuto en el baño y luego les llamaban la atención, pero no era un llamado de atención educado, sino bien fuerte, tratando muy mal a las personas.

En cuanto al maltrato al trabajador de la zona franca es bastante fuerte. Si te llaman la atención, no creas que te van a regañar de una manera educada o con palabras sabias. Lo que te dicen son palabras muy fuertes.

En el poco tiempo que estuve ahí pude notar que no hay ningún trabajador que sea indispensable, ningún trabajador que sea bien tratado, allí nadie es indispensable, como siempre cuentan con personal que siempre anda buscando trabajo… en el tiempo de contrataciones ahí se llena.

Por cualquier cosita te despiden y meten rápido a otra persona. No les importa meter a personas sin experiencia, porque los entrenan rápido, y reponen a la persona que despiden, así que no andan con tanto cuento de aguantar a algún trabajador que falló una o dos veces seguidas, porque inmediatamente lo despiden y meten a otra persona porque ahí siempre hay personal buscando trabajo.

 Caso #5. Zoila Cáceres, 42 años, habitante barrio Batahola Norte, Managua

Yo llevaba casi tres años trabajando en esa zona franca cuando me enfermé. Entré a trabajar en febrero del 2019, quedaba allí por el mayoreo, era una empresa china. Entré cuando cumplí 30 años, y a los 33 ya estaba con achaques de una señora de 50 años.

Mi trabajo era retirar la pelusa de una pieza para armar pantalones de azulón, y coserle una etiqueta. Esas telas tenían un olor feo, y a los tres años empecé a sentir cansancio.

Fui a la clínica de la empresa, porque sentía un dolor bien feo cuando respiraba profundo, y la doctora solo me decía que quizá era el sobrepeso, pero no me mandaba a hacer exámenes ni placas en los pulmones.

Entonces empecé a faltar al trabajo porque en las mañanas al bañarme me agarraban unos fuertes ataques de tos.

Por tres años no recuerdo haber fallado más de dos días al trabajo, y cuando le dije al supervisor que había faltado porque me sentía realmente muy mal, me dijo que fuera otra vez a la clínica y que pidiera un jarabe para la tos.

Eso fue en octubre de 2021. En la clínica, la doctora no me mandó a hacer exámenes de nada y solo me dio el jarabe para la tos, y me dijo que no lo tomara de día, porque esos jarabes daban sueño.

TE PUEDE INTERESAR: Migrantes nicaragüenses inyectaron al país cerca de 3.2 millones de dólares en remesas en 2022

Después me compliqué más. Empezaron a salirme ronchas en el pecho. Era como una alergia. Los pies los mantenía inflamados porque en el trabajo tenía que estar todo el día de pie. Solo descansaba en mi tiempo de 45 minutos para comer y no daban otro descanso.

Cuando la alergia se me había regado en todo el cuerpo yo dije: no puedo ir a trabajar así. Voy de emergencia al hospital del Seguro, y allí gracias a Dios un doctor vio que mi caso era grave y me dio un primer subsidio de tres días.

Eso al supervisor no le gustó y desde entonces me puso tema. Me trataba mal. Decía que no estaba haciendo bien el trabajo, y ya fue cuestión que seguí empeorando. Me daban esas crisis de tos en el trabajo, y yo tenía que salir a toser a un patio. Volví al hospital y me dieron otro subsidio, esta vez sí me hicieron placas y tenía daños en los pulmones.

Al regresar del segundo subsidio solo estuve una semana más cuando me despidieron. Seguro el supervisor me mal informó, pero así ocurre en esas zonas francas: mientras no fallas ni un día sos buena trabajadora, pero si ya faltás por enfermedad ya no servís para ellos. Yo no quise denunciar el caso, así lo dejé. Nunca más volvería a una zona franca.

(Imagen de portada tomada del sitio https://cnzf.gob.ni/es)

Enfrentamos muchos desafíos para contar lo que pasa en Nicaragua

Danos tu apoyo para informar.

Donar Ahora

Noticias Relacionadas