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  • 6:39 pm
  • Nov 20, 2021

“Desastre” económico y desconocimiento internacional para Nicaragua tras salida de la OEA

Al renunciar al foro político y diplomático de mayor peso en América Latina (la OEA), se pone en juego la cooperación de la Asociación internacional de Fomento, que ha apoyado la estrategia de desarrollo de Nicaragua con capital social indirecto, lo que impactaría en los niveles de producción y termina afectando otro tipo relaciones; “una […]
La crisis política y la pandemia del COVID-19 mantienen a la economía nicaragüense frágil
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Al renunciar al foro político y diplomático de mayor peso en América Latina (la OEA), se pone en juego la cooperación de la Asociación internacional de Fomento, que ha apoyado la estrategia de desarrollo de Nicaragua con capital social indirecto, lo que impactaría en los niveles de producción y termina afectando otro tipo relaciones; “una reacción en cadena”.

El desconocimiento de 25 naciones que dieron su voto en la OEA para deslegitimar la reelección de Ortega y la cúpula sandinista que mantiene secuestrado el poder en Nicaragua, ha puesto sobre la mesa, una serie de medidas que organismos internacionales han implementado y otras, que podrían implementarse a futuro.

Una de estas tentativas, es la aplicación de la Carta Democrática, cuyo objetivo es “afianzar la paz y la seguridad del continente, promover y consolidar la democracia representativa dentro del respeto al principio de no intervención, prevenir las posibles causas de dificultades y asegurar la solución pacífica de controversias que surjan entre los Estados miembros, así como organizar a acción solidaria de estos en caso de agresión”.

Conforme a la constitutiva en su artículo 21, para suspender a un Estado, es necesario contar con 23 votos, es decir, un tercio de los 34 miembros que componen el organismo internacional.

Así mismo, el artículo 143 del mecanismo, estipula que la carta “podrá ser denunciada por cualquiera de los Estados miembros mediante comunicación escrita a la Secretaría General” y que, transcurrido los dos años de haber recibido la delación, cesarán sus efectos respecto al Estado denunciante y “éste quedará desligado de la Organización después de haber cumplido con las obligaciones emanadas”.

Lo antes concertado, fue la decisión que Ortega por medio del canciller Denis Moncada, hizo público la mañana de este 19 de noviembre ante medios oficialistas pertenecientes a la familia gobernante.

“Me dirijo a usted para notificarle oficialmente nuestra indeclinable decisión de denunciar la Carta de la Organización de los Estados Americanos, conforme a su artículo 143, que da inicio al retiro definitivo y renuncia de Nicaragua a esta organización”, declaró Moncada en conferencia de prensa.

Ortega da “último zarpazo” para aislar a Nicaragua

La abogada y miembro de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD), María Asunción Moreno, dijo a Nicaragua Actual; que la dictadura en los últimos años ha venido implementando una estrategia de “auto aislamiento” al no permitir que la CIDH ingrese al país, y desatender las resoluciones tanto de la Corte IDH como de la Asamblea General de la OEA.

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“La denuncia de la Carta democrática es solo el último zarpazo de la dictadura al Sistema Interamericano de forma integral”, destacó Moreno, señalando a su vez, que el régimen dictatorial de Ortega, ha venido incumpliendo sistemáticamente las obligaciones que como Estado debe asumir para ser parte de la estructura internacional, evadiendo todos los mecanismos de la OEA para ganar tiempo y consolidar un modelo totalitario que violenta los principios democráticos y de garantía de derechos humanos.

“A mi juicio, la denuncia de la Carta democrática presentada por Moncada representa “una declaración del régimen de Ortega dirigida no solo a la OEA sino a la comunidad internacional, con la que se aleja de la implementación de la democracia, como una forma de gobierno, para pasar a una etapa de radicalización del modelo autoritario similar al del Corea del Norte”, añadió.

Impacto económico

No solo el reconocimiento internacional, la suspensión de las relaciones diplomáticas o ausencia en foros políticos, caben como consecuencia de la nefasta decisión tomada por el régimen totalitario; las consecuencias económicas como el congelamiento de los préstamos otorgados por instituciones financieras multilaterales, se suman a los agravios del auto aislamiento.

El economista Osar René Vargas, aseveró que los inversionistas esperan un efecto negativo para la economía nacional, puesto que en los próximos años se podría sentir, una situación de mayor inestabilidad comercial; “el capital, se mueve con fluidez en un ambiente estable y de reconocimiento diplomático a nivel internacional”, mencionó Vargas.

También, el experto consideró que entidades como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entre otros organismos de financiamiento a nivel internacional, tendrían una enorme presión por parte de los Estados Unidos y otras potencias, que limitarían los préstamos y la ejecución de proyectos para el país.

“Todos los organismos que he dicho, van a interpretar, que la salida del régimen de Ortega de la OEA, tiene el objetivo de burlar todas las decisiones que se han tomado en la OEA y burlar también, cualquier presión que se puede hacer a partir de una suspensión de Nicaragua del organismo (…) todos los proyectos que han sido aprobados, pero no desembolsados, pueden entrar en menor velocidad o estancarse en el proceso de ejecución”, detalló Vargas.

Reacción en cadena

Por su parte, el financiero Marco Aurelio Peña, coincidió que, desde la óptica de la economía política internacional, Nicaragua al renunciar al foro político y diplomático de mayor peso en América Latina (la OEA), pone en juego la cooperación de la Asociación internacional de Fomento, que ha apoyado la estrategia de desarrollo de Nicaragua con capital social indirecto, lo que impactaría en los niveles de producción y termina afectando otro tipo relaciones; “una reacción en cadena”.

“Si en un hipotético caso, el BID decidiera suspender el financiamiento para el desarrollo de Nicaragua, entonces, simplemente cabría el desembolso de los prestamos ya autorizados y en el peor de los casos, suspendería también los desembolsos restantes de manera que, el país ejecutaría lo ya desembolsado y perderíamos la opción de nuevos préstamos”, enfatizó Peña.

Luego de cumplirse todo lo establecido por el artículo que da potestad para denunciar la enmienda, el Estado de Nicaragua deberá seguir cumpliendo todas las obligaciones y responsabilidades como miembro aún activo del organismo, hasta que se cumpla el lapso establecido para salir de la estructura internacional.

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