Padre jesuita: “Este gobierno puede quebrar por sí mismo como quebró el de Somoza y el de otros dictadores”

El Padre jesuita, José María Tojeira Pelayo, vocero autorizado por la Compañía de Jesús, pronosticó que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo quebrará a como le ocurrió a la de Anastasio Somoza.

“Este gobierno puede quebrar por sí mismo como quebró el de Somoza y el de tantos otros dictadores. Tendrían estos nada más la posibilidad de huir o de que los metan presos o los maten dentro del país, esa es la perspectiva que pueden tener”, afirmó el religioso.

Las fuertes declaraciones del religioso jesuita las brindó en un programa de análisis de coyuntura en donde colocó la problemática de los jesuitas dentro del contexto nicaragüense, país en donde se intenta silenciar cualquier palabra o pensamiento critico o simplemente distinto del pensamiento del grupo Ortega Murillo.

El jesuita detalló que esta situación que ha impuesto Ortega ha ido en un crecimiento sistemático a lo largo del tiempo, pero que ha llegado a un control casi absoluto de la vida en Nicaragua y a infundir un temor muy fuerte, con capacidad de perseguir a las familias de las personas que piensen distinto.

“Gente afuera que no quiere hablar sobre la situación o los problemas que ha tenido por miedo a que su familia sea posteriormente hostigada, perseguida o marginada”, denunció el religioso.

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Sistema de control nicaragüense es más perfecto que el de El Salvador en la Guerra civil

José María Tojeira Pelayo señaló que el control que ejerce la dictadura de Ortega en Nicaragua no se había visto en ningun país de la región y la comparó con la de 1989, cuando mataron a los jesuitas en El Salvador.

“Era parecida a esta o había similitudes, yo sólo sabría decir que hay similitudes en la brutalidad del poder, pero el sistema de control nicaragüense es un sistema mucho más perfecto que el sistema que había en El Salvador en medio de la guerra civil”, dijo y agregó que en ese momento la sociedad civil podía pronunciarse, correr peligro, matarlos, pero se podía pronunciar y se podía hablar.

“El arzobispo todos los domingos hacia un análisis de la realidad y hablaba de los sucesos de la semana, criticando sobretodo violaciones a los derechos humanos. En Nicaragua da la impresión de que esto es imposible y que cuando alguien como Monseñor Rolando Álvarez o, anteriormente, Monseñor Silvio Báez, lo hacían en una línea muy semejante a la de Monseñor Romero”, señaló.

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Salida de Monseñor Silvio Báez fue un error

Para el religioso jesuita fue un error sacar de Nicaragua a Monseñor Silvio Báez a quien calificó como un hombre muy bueno, muy preparado, además muy crítico de la situación, y muy solidario con las víctimas que se estaban produciendo en 2018 y agregó que con esa esperanza de que se puede tratar con este gobierno y se puede lograr un cierto margen de libertad, la propia iglesia lo sacó de Nicaragua.

“¿De que sirvió? De muy poco. Rolando Álvarez, el siguiente obispo, lo han metido preso, lo condenan a 26 años en un juicio totalmente espurio, en una farsa de juicio y le ofrecen, casi inmediatamente después de condenarlo a 26 años, que si quiere puede irse del país, eso si le van a quitar la nacionalidad”, recordó.

Para Tojeira Pelayo, Monseñor Álvarez es un símbolo del carácter profético y el decidir quedarse con el sufrimiento de los nicaragüenses y cargando con eso dentro de la cárcel, a veces en un régimen de aislamiento, habla mucho de su amor por el pueblo nicaragüense.

Dictadura lo controla todo

El religioso jesuita denunció que el régimen sandinista controla todo y no quiere permitir absolutamente nada; la misma UCA, aunque internamente era un centro de diálogo, se ha cuidado bastante de tener manifestaciones públicas, críticamente fuertes, contra el gobierno, en estos últimos años después del 2018, agrega.

Añade que, cuando ya se veía venir toda esta catarata de cierres de instituciones, de la iglesia, de Sociedad Civil; prevalece como una especie de deseo absoluto de que nadie, ni siquiera en la casa, puede hablar de problemas sociales, tener un pensamiento crítico y mucho menos socorrer a los damnificados del propio gobierno que los hostiga, daña y perjudica.

Señala al Ejército de Nicaragua de atacar a balazos a manifestantes

El vocero de la Compañía de Jesús detalló que una de las cosas que se repiten, como el origen inmediato de esta exclusión, fue cuando en 2018, la UCA abrió sus puertas a la gente que huía de una manifestación disuelta a balazos por parte de Ejército nicaragüense y el que se abrieran las puertas para que se refugiara ahí la gente es la que da origen a estos términos de la dictadura y sus funcionarios de señalar a la UCA de “recibir terroristas, ser nido de terroristas”.

Los anteriores señalamientos que se ha mencionado en lo que llama “capricho y arbitrariedad judicial” de cerrar la UCA, es una situación en la que ni siquiera hubo proceso y en donde la jueza sandinista, Gloria Saavedra, inmediatamente declara que la UCA  es “nido de terrorismo y debe ser incautada”, sin su derecho a la defensa.

“No hay sistema judicial, son funcionarios del Poder Ejecutivo. El control en Nicaragua ha sido un control mucho más duro…en Nicaragua no hay posibilidad de hablar, a mi la gente me pregunta ¿Y ustedes han pedido diálogo con el gobierno? Al diálogo se cierra absolutamente”, resalta Tojeira.

El religioso detalló que con la incautación de la Compañía de Jesús lo que han hecho simplemente es suprimirla, alegando que no se habían presentado las informaciones adecuadas y durante tres años no recibieron la documentación y la propuesta de la nueva junta directiva.

Detalló que en la ventanilla donde se presentaban los documentos simplemente les decían que no se los recibirían. “Independientemente del absurdo y del ridículo, es ese deseo de tener a toda la gente atemorizada, en vilo, a causa de esas medidas que toman, de esa falta de diálogo absoluto y de actuar cuando les parece conveniente por las razones que sean”, añade.

El religioso describe al régimen de Ortega como “un tipo de dictadura que realmente controla todo, controla los papeles, la personas, las redes, ha puesto, incluso, una legislación para condenar como traidor a la patria o terrorista a cualquiera que en las redes sociales tenga palabras críticas contra el régimen sandinista.

Denuncia busca evidenciar lo que Ortega le hace al país

El Padre José María Tojeira Pelayo afirmó que han optado por denunciar en el contexto existente, porque es muy importante que las denuncias de la Compañía de Jesús no aparezcan como algo individualizado, sino en lo que le están haciendo al país, una verdadera fechoría, daño y maldad y las consecuencias de protestar contra la represión, las posibilidades políticas de crear partidos dentro del país, las posibilidades de opinar, incluso de practicar el propio culto.

“Prohibieron las procesiones y persiguieron a cualquiera que dijera que el régimen no era lo justo que debía ser, o simplemente por alabar a Monseñor Rolando Álvarez”, advierte.

Para el religioso un poder tan absoluto como el de Ortega tiene siempre la semilla de su propia autodestrucción, degeneración y de su caída y resalta que este mismo sistema está dañando a gente que son de su propia línea ideológica a quienes su poder tan brusco y tan absoluto, muchas veces la castiga y eso genera mucho resentimiento. Así mismo, ejemplificó los casos de familias que son allegadas al gobierno y funcionarios que tienen a sus hijos en escuelas de la Compañía de Jesús y han sido afectadas.

Sacan de Nicaragua a jesuitas enfermos pero otros quieren quedarse

El religioso detalló que los jesuitas de la Compañía de Jesús se encuentran bien en Nicaragua, que están animados y esperanzados y con una disponibilidad interna impresionante para servir al país y seguir trabajando en lo que puedan, pero ahora que fueron confiscados y se les canceló su personería jurídica han sacado a dos jesuitas enfermos que requerían de los cuidados especiales de México.

“El Padre Arnaldo Centeno, mexicano, y el Padre Richard Vélez, nicaragüense, salieron normalmente del país, pero hay otra gente mayor, incluso un padre de 99 años, pero que es autónomo, tiene buena salud, y otros de 85 y de 90, de quienes teníamos la perspectiva de irlos sacando porque son personas vulnerables por esas edades; sin embargo ellos han pedido quedarse y han insistido en que quieren quedarse en el país y quieren seguir ahí siendo testigos y lo que puedan hacer por la gente con su palabra, tal vez no tan profética porque los corren o los meten presos, pero si con sus valores evangélicos profundos de servicio, de entrega a los demás, de resistencia al mal”, detalló.

El padre refirió que los sacerdotes presienten que puedan suprimirle de un solo golpe un colegio, Fe y Alegría, el Colegio Loyola o que pueden suprimirles las tres instituciones que aún conservan en Nicaragua, pero que no les importa porque quieren estar ahí con el pueblo nicaragüense, porque lo aman y tienen una actitud de servicio con ellos.

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Denunciarán a la dictadura

Así mismo, afirmó que “moverán todas las fichas posibles” de las que disponen para solidarizarse con Nicaragua y mostrar la No viabilidad de una dictadura tan dura dentro de un país latinoamericano, que rompe y destroza todos los pactos latinoamericanos de derechos humanos, que no tiene ningún interés en tener un sentimiento latinoamericano de responsabilidad social, ni el mínimo de afabilidad con las personas.

“O estás conmigo o estás contra mí parece la máxima fundamental de este gobierno y con una dureza muy grande”, afirmó y agregó que hay que presionarlo fuertemente lo más que se pueda.

Destacó que se debe mostrar solidaridad también con el que considera que es el símbolo más fuerte dentro de la cultura religiosa centroamericana, particularmente la nicaragüense, que es Monseñor Rolando Álvarez.