Con la co-presidencia de Murillo, ¿Dictadura prepara el tema de la sucesión de poder?

La activista opositora Ana Quirós, expulsada de Nicaragua en el 2018 por la dictadura sandinista, considera que al nombrar “de boca” a la vicedictadora Rosario Murillo en la co-presidencia del país, Daniel Ortega lo que busca es complacer a su consorte y posiblemente están dejando clara una posible sucesión de poder.

“Aquí podemos interpretar tres cosas, la primera es que Ortega quiere complacerla, luego del pleito que escenificaron ambos el 31 de diciembre en televisión en vivo; lo segundo es que al decir de boca que Murillo ocupa una co-presidencia, parece que lo que quieren de alguna manera es preparar el tema de la sucesión del poder”, considera Quirós.

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Agrega que “en tercer lugar evidentemente todo eso es una violación flagrante a las lesyes de Nicaragua, puesto que esa figura de co-presidencia no existe en ningún lugar establecido en nuestra legislacion y esquema de poder nicaragüense”.

“Pareciera como que el problema entre ellos que ocurrió el 31 de diciembre, es un problema de poder, no sabemos el trasfondo, pero es un problema de poder y lo que quiere Ortega es aplacar la molestia que Rosario evidenció ese día y de alguna manera, como se dice, ahora está sobándole la cabeza”, opina Quirós.

La defensora de derechos humanos considera que efectivamente quien hace la mayoría del trabajo dentro del régimen es Rosario Murillo, y que “Ortega es solo una figura decorativa,  aunque en las estructuras del FSLN esa sumisión a Rosario no es bien vista”.

La relacion de amor y odio

Por su parte Haydee Castillo, también activista de DDHH en el exilio, tras recibir amenazas de cárcel y muerte por la dictadura en Nicaragua, considera que las palabras de Ortega, dándole de boca a Murillo la co-presidencia del país, “es una exposición pública de Daniel  aludiendo a una reconciliación entre comillas”.

“El pueblo de Nicaragua sabe perfectamente de que esto es una relación de amor y odio y que entre ellos no hay una relación de familia, de que está sustentada fundamentalmente por intereses de poder, eso lo sabemos desde la violación de Ortega a Zoilamérica Narváez y cómo se posicionó en este caso Rosario Murillo”, considera Castillo.

Además explica que al decir que en Nicaragua hay una co-presidencia, Ortega intenta reivindicar la figura de Murillo ante los mismos poderes del Estado, que en alguna manera  había quedado desautorizada por el conflicto que tuvieron.

Castillo se refiere al hecho de que tras cada discurso de Ortega, siempre Murillo brinda una comparecencia ante los medios oficialistas, donde procura siempre “hablar del rol de las mujeres y dice que los hombres siempre quieren algo así como opacar a las mujeres o hacerlas ver como que les pertenecen a ellos”.

Serviles funcionarios deberán seguir
haciendo caso a la llamada de Murillo

“Me parece que aquí estamos ante una situación de una inestabilidad, de una cantidad de desacuerdos que ya no los pueden tapar y probablemente fue un arreglo el hecho de que él en este acto tuviera que decir eso para poderle seguir demostrando a los diferentes poderes del Estado que tienen que hacerle caso a esa llamada telefónica de Murillo”, explica Castillo.

Incluso considera que Ortega “fue un tanto despectivo al decir algo así como que Rosario no los deja dormir y que está llamándolos constantemente”.

“En este caso ellos tratan de aparentar ante el pueblo de Nicaragua de que hay una aparente armonía entre ellos cuando todo el mundo sabe que desde 2007 hasta el día de hoy ha habido una lucha de poder y ella ha querido ser la gobernante de facto, pero yo en este caso no pondría de víctima a Daniel como escucho en otros comentarios, me parece que aquí hay un dúo perfectamente complementado donde los dos tienen un grado de corresponsabilidad ante todo el caos que han conducido al país y a la violaciones de derechos humanos”, opina Castillo.