9 de julio del 2018, el día que turbas y paramilitares profanaron y agredieron a religiosos en Carazo

Cuando entró la caravana de los obispos, sacerdotes, defensores de derechos humanos y periodistas independientes a Diriamba, las calles estaban manchadas de sangre, la población se resguardaba en sus casas con mucho temor por lo que había ocurrido un día antes, una masacre sangrienta llamada “Operación Limpieza” que dejó más de 20 muertos y decenas de heridos.

Al acercarse a la Basílica Menor de San Sebastián, turbas sandinistas, escoltadas por paramilitares encapuchados fuertemente armados junto a la Policía, comenzaron a lanzar gritos de ofensas a los religiosos.

“Asesinos”, “mentirosos”, gritaron los partidarios del gobierno a la comitiva encabezada por el Cardenal Leopoldo Brenes y el Nuncio Stanislaw Waldemar Sommertag.

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Los religiosos intentaban rescatar a un grupo de personas que se habían refugiado un día antes en la Basílica Menor de San Sebastián, pero cuando ingresaron, las turbas sandinistas también lo hicieron pero violentamente, agrediendo a los sacerdotes y periodistas.

En el ataque varios resultaron heridos por estos simpatizantes, entre ellos Monseñor Silvio Baéz.

“Lo que está sufriendo nuestro pueblo es mucho más grave”, declaró el Obispo Auxiliar de Managua, Silvio Báez, al denunciar que fue herido en el brazo y golpeado en el estómago, cuando una “turba enardecida” entró a la Basílica.

“Tenían preparada una turba para que nos agrediera”, expresó en ese momento el Padre Edwin Román, quien también resultó lesionado en un brazo.

“No tenemos ningún arma, el arma aquí es la oración, ellos estaban atacando desde afuera”, dijo a la AFP un miembro del cuerpo médico que estaba dentro de la Basílica, vestido con una gabacha y con el rostro cubierto con una camisa.

Por su parte, el Cardenal Leopoldo Brenes, dijo haber “sentido la fuerza brutal” contra sus sacerdotes.

“Hemos ido a las parroquias para consolar a nuestros sacerdotes, para acompañarlos en el sufrimiento y hemos recibido agresión. Perdónalos Señor, porque no saben lo que hacen”, expresó.

Mientras esto sucedía en la Basílica de Diriamba, en la Parroquia Santiago en Jinotepe, otro grupo de turbas sandinistas saqueaban y profanaban el templo católico, pero también agredían físicamente a dos sacerdotes.

Varias trabajadoras de la Alcaldía Sandinista de Jinotepe, San Marcos y La Paz, golpearon en la cara a los religiosos, mientras quebraban imágenes y quemaban bancas y medicinas  que la población había donado para los manifestantes que no eran atendidos en el Hospital Santiago de Jinotepe por órdenes de Sonia Castro, Ministra en ese momento del Minsa.

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