• Managua, Nicaragua
  • 9:51 pm
  • Sep 7, 2020

FUNIDES: Protestas en Nicaragua son débiles desde el inicio de la represión

Por Moisés Mercado La Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (FUNIDES) plantea posibles escenarios de rebelión cívica de cara a elecciones de 2021. En un estudio denominado Sismología Social- Nicaragua en Movimiento, análisis de las protestas 2016-2020, realizado por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y social revela que, desde 2016 a […]
Represión en Nicaragua. Foto Gerall Chávez violencia mujer
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Por Moisés Mercado

La Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (FUNIDES) plantea posibles escenarios de rebelión cívica de cara a elecciones de 2021.

En un estudio denominado Sismología Social- Nicaragua en Movimiento, análisis de las protestas 2016-2020, realizado por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y social revela que, desde 2016 a 2020 las protestas se han mantenido en contra de las políticas desarrolladas por el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, ahora muy diferente de los primeros plantones y piquetes como símbolo de la rebelión.

Durante las protestas de 2017 y 2018, protagonizadas por el campesinado en contra del Canal Interoceánico, FUNIDES revela que la represión se mantenía pero con menos intensidad que en la actualidad.

Antes de 2018 el observatorio señala que las protestas semanales eran de 20 en promedio, pero a partir de 2018, fueron más de 700 protestas mensuales, esa cifra se fue a la baja debido al desmontaje de los tranques y aumento de la represión.

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El estudio cita que, durante las protestas de 2018 la presencia policial fue mínima, tomando en cuenta el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH donde destaca que la represión fue ejercida por paramilitares.

El mismo informe también revela tendencia a la baja de protestas iniciaron desde 2018, cuando inició la represión en contra de los tranques, marchas, plantones que ejercían todos los sectores de oposición.

A partir de diciembre de 2019, la base de sismología social de FUNIDES señala que la agenda en las protestas no solo se centró en demandas de justicia y democracia, sino que se suman problemas económicos, demandas de salud.

El centro de pensamiento destaca que, desde 2019 a julio de 2020, la represión por parte del régimen sandinista ha aumentado, provocando que las protestas disminuyeran.

2021 un año incierto y de mucha tensión social

Para el 2021, FUNIDES vaticina que de cara al tiempo de comicios se podrían dar posibles escenarios de movilización social.

El estudio asegura que antes de las elecciones de 2021 no se observarán otras protestas, debido al contexto de represión en el país. Pero si se podrían presentar algunas demandas publicas, pero persistirá el asedio y la represión.

Durante las elecciones, según FUNIDES, se podrían dar dos escenario: la primera es que el régimen podría mostrar mínimas aperturas de demandas sociales aceptables, la segunda es que se probablemente se permitan las manifestaciones.

En caso de que el régimen sandinista no ceda en dar muestras de democracia en el país, el estudio de sismología social destaca que no se observará movilización social y que habrá prolongación de la crisis.

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En el escenario de mínimas aperturas de parte del régimen para la democratización del país, FUNIDES prevé que si gana la oposición en elecciones y pierde el actual partido de Gobierno; las protestas continuarán en torno a asuntos sociales, económicos y políticos, y posiblemente aumentaran en comparación a 2016-2018.

En un posible triunfo del FSLN, FUNIDES pronostica que retornarían las protestas con demandas sociales y económicas, que podrían ser atendidas por las autoridades y no serían necesariamente reprimidas. Entre los temas por los cuales la gente demandaría respuesta estatal destacarían los problemas con el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) y demandas por justicia y democracia, además del restablecimiento de los derechos humanos y economía.

En este posible escenario, se esperan pocas probabilidades de que las protestas sean permitidas. Y aumentaría el totalitarismo del régimen.

En cuando a la situación post-electoral, si el FSLN gana las elecciones con manipulación en los resultados, la oposición podría hacer una nueva oleada de protestas de alta intensidad (se enfrentará la represión) parecida a las protestas a Mayo-Julio de 2018. Podría darse un escalamiento a la violencia y aumentaría la represión.

Como consecuencia de todos esos escenarios, el centro de pensamiento asegura que la economía nacional y familiar se verá afectada debido a la crisis socio-política en el país.

 

 

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