¿Por qué están tan caros los vegetales básicos en Nicaragua?

El precio de varias hortalizas, tubérculos y otros vegetales de uso cotidiano en la cocina tradicional de Nicaragua alcanza valores sin precedentes en la historia del consumo de productos perecederos, y es un tema que a la dictadura de Daniel Ortega parece no interesarle.

Los comerciantes argumentan que hay escasez de vegetales como la cebolla, zahanoria, tomate, chiltoma, papa y zanahoria, porque los pequeños y medianos agricultores en Nicaragua no están produciendo las mismas cantidades para suplir la demanda nacional.

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“Son productos que están escasos. Por eso los precios han subido. Un quintal de papa antes lo comprábamos en 1,500 córdobas, ahora cuesta 2,200 córdobas y por eso tenemos que dar la papa en 25 córdobas la libra. Apenas 300 córdobas estamos ganando en cada quintal”, explica Ada Luz Rivas, comerciante del mercado Roberto Huembes.

Si Nicaragua tiene suficientes tierras agrícolas para producir y suplir la demanda local de estos vegetales, ¿Por qué no se está produciendo lo suficiente? La respuesta a esta interrogante la trata de explicar un ingeniero agrícola que pide ser identificado solo como Félix, quien trabajó por varios años en el Instituto Nicaragüense de tecnología Agropecuaria (INTA).

Félix comenta que en el Plan Nacional de la Producción Consumo y Comercio 2022/2023,elaborado por el Ministerio de Fomento Industria y Comercio (Mific), por ejemplo, se detalla que la producción de vegetales como la chiltoma, en el ciclo 2021/22 en Nicaragua fue de 481,785 quintales (+3.6% respecto al ciclo anterior), con los cuales se abasteció el consumo aparente nacional de 432,287 quintales de esta hortaliza.

El plan del gobierno no funciona

“Es decir, que el ciclo de producción anterior de chiltoma logró abastecer la demanda local y hasta se logró exportar un excedente de 1,505.61 quintales. Y supuestamente para el ciclo 2022/23, este plan espera una producción de 501,249 quintales (+4% respecto al ciclo anterior), con un consumo aparente de 450,024 quintales. O sea que el plan no se está cumpliendo. Hay escasez”, considera el ingeniero agrícola.

Félix asegura que solo un 13% de la población total de nicaragüenses, se dedica económicamente de forma activa a la agricultura.

“Es decir que, si el gobierno destinara realmente recursos o tuviera planes de fomento a la pequeña y media producción agrícola, aquí no debería haber escasez de hortalizas tan básicas como la cebolla o la chiltoma”, considera Félix.

El ingeniero agrega que “lo que se hace evidente con esta escasez de productos perecederos tan básicos, y esos precios elevados en los mercados de todo el país, es el abandono total al sector agrícola. Ni el gobierno ni la banca nacional están dando financiamiento a cooperativas agrícolas de pequeños y medianos productores”.

Aflora mafia de importadores

El especialista en temas económicos, Francisco Romero, explica que producto de esta paralización del sector agrícola, afloran varios supuestos empresarios que son favorecidos por el Mific, para importar estos productos que precisamente están escasos.

“Es una mafia. Son unos cuantos los comerciantes que se aprovechan de esta situación de escasez para introducir al país estos productos y lo hacen en contubernio con directivos del Mific, quienes les autorizan la introducción de papas, zanahorias, cebollas, chiltomas y otros vegetales, provenientes de países vecinos, sin ningún control de precios”, explica Romero.

Romero agrega que, en otros países normales, se autoriza la introducción de productos cuando por razones de fuerza mayor como exceso de lluvias, plagas u otras condiciones, la producción interna se ve afectada y además los gobiernos intervienen en le regulación de precios.

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“Pero aquí en Nicaragua simplemente hay escasez porque no hay producción interna. Y se supondría que al importar productos se debe vigilar que sus precios no excedan más allá del precio de mercado, pero no es así. Meten productos de afuera, a precios elevados y al gobierno no le importa que las familias, como consumidores finales, sean quienes paguen por políticas económicas que solo favorecen a un grupo minoritario de personas, a una mafia”, lamenta Romero.

(Igamen de portada tomada del Proyecto Gestión del Conocimiento para la Producción Sostenible de hortalizas en Nicaragua, Honduras y Guatemala)