A monseñor Álvarez le han ofrecido salir de Nicaragua, pero se resiste a un exilio forzado

POR DESPACHO 505. El obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, actualmente prisionero político del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, ha recibido ofertas de quedar en libertad yéndose del país, pero «no ha aceptado esta propuesta porque piensa que su lugar está en Nicaragua y no en el exilio», explica a DESPACHO 505 el obispo hondureño de Danlí, monseñor José Antonio Canales.

“Esa es la propuesta que le han hecho a monseñor Rolando Álvarez. No va a aceptar esa salida porque es la que precisamente quiere el régimen dictatorial de Nicaragua, que no hayan voces disidentes dentro del país”, expresó monseñor Canales.

«Los que lo conocemos, sabemos que monseñor Álvarez es un hombre de un temple muy fuerte, muy valiente y no nos extraña su postura», agregó.

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El obispo hondureño dijo desconocer que exista un diálogo entre el Vaticano y el régimen Ortega Murillo, sobre el encarcelamiento y proceso judicial que enfrenta monseñor Álvarez, pero tampoco puede negarlo.

“Una negociación entre la Santa Sede y el Gobierno de Nicaragua, lo dudo porque no hay Nuncio, aunque tampoco lo puedo negar”, manifestó el religioso.

Lo que sí sabe es que la única persona que visita a monseñor Álvarez es el cardenal Leopoldo Brenes, con cierta frecuencia.

“No podemos saber de él (Álvarez), porque está muy aislado, solamente el cardenal Brenes lo visita con relativa frecuencia, no tenemos otra referencia”, indicó.

Negociación para que se exilie

El exilio de monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, podría resultar de la negociación que existe entre la Santa Sede y el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, tras el encarcelamiento del religioso, a quien remitieron a juicio el 10 de enero de este año.

Martha Molina, investigadora y experta en derecho, señala que a la dictadura de los Ortega-Murillo no le interesa mantener un diálogo con la iglesia Católica, a la que considera que no tiene poder de negociación en el contexto que vive el país en la actualidad.

“Lo que sí considero que exista es una negociación como cuando dieron a cambio la cabeza del obispo (Silvio) Báez. Posiblemente Álvarez sea el segundo obispo obligado a exiliarse porque Ortega desea deshacerse de las voces proféticas a lo interno del país porque cree que así tendrá control absoluto en los religiosos”, señala Molina.

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Báez, obispo auxiliar de Managua, fue obligado al exilio en abril del 2019 para protegerlo de las amenazas que recibía.

Molina opina que Ortega piensa que si logra callar las voces de las autoridades eclesiales también se silenciará el clero.

“Está equivocado”, comparte la abogada, quien expone que el régimen ha emprendido 15 procesos penales contra los religiosos, los cuales, dice, son “ilegales y arbitrarios”, pero que el régimen podría utilizarlos como “moneda de cambio para lograr que la Iglesia ceda, pero esto es imposible porque el evangelio en sí anuncia y denuncia todas las arbitrariedades que los poderosos cometen en contra del pueblo sufrido y desarmado”.

La investigadora expone que la dictadura inició el 2023 demasiado agresivo en contra de la Iglesia, incluso varios sacerdotes le han expuesto que evitan usar el cuello clerical cuando salen a misiones para que la Policía no los identifique y evitar sufrir daños.

“También hay varios sacerdotes que están siendo vigilados y asediados 24 horas por policías y paramilitares”, manifiesta Molina. Lamenta que la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) debe denunciar la persecución que sufren los religiosos.

“Pero prefieren mantener silencio como parte de su estrategia y puede ser válida porque recordemos que los religiosos actúan diferente a los laicos y se están enfrentando al Estado opresor que usa a la Policía y al Ejército para silenciar a cualquiera. La Iglesia está pasando momentos trágicos por la persecución de la dictadura sandinista”, considera Molina.