Dictadura de Ortega no deja regresar a Nicaragua al abogado que intentó defender al sacerdote de Boaco

El abogado Francisco Omar Gutiérrez, de 62 años, quien intentó ser defensor de monseñor José Leonardo Urbina —recién condenado a 49 años de cárcel por el delito de abuso sexual contra una niña de 14 años–  fue impedido por la Dirección de Migración y Extranjería al servicio de la dictadura de Daniel Ortega, de regresar a Nicaragua procedente de Estados Unidos, a donde viajó para visitar a su familia.

Desde que inició el arresto de monseñor Urbina, párroco de la Iglesia del Perpetuo Socorro, de Boaco, al abogado Gutiérrez lo designó el papá del sacerdote para que lo defendiera, para lo cual interpuso hasta siete escritos ante el juez  sandinista Edén Aguilar para ser  fungir como defensor privado, sin embargo el judicial nunca quiso dar lugar a la solicitud.

PUEDES LEER: Papa Francisco afirma que “hay diálogo con Nicaragua”, pero dice que no ha hablado con obispo Álvarez

El abogado salió del país el 9 de septiembre en un vuelo de Avianca con destino a Miami, Estados Unidos, con el fin de visitar a algunos familiares y planeana regresar a Nicaragua este 15 de septiembre.

Sin embargo, al querer retornar este jueves 15 de septriembre, la aerolínea Avianca le informó que la dictadura de Nicaragua rechazó su ingreso al país y por lo tanto no podía abordar el avión. “Yo desconozco cuáles son los argumentos legales, por los cuales me dejan en el limbo fuera de mi patria”, se pregunta el abogado, originario de Boaco.

Al igual que hicieron con el abogado Francisco Gutiérrez, las autoridades de migración del régimen de Ortega han prohibido otros reingresos al país, tal es esl caso del sacerdote Juan de Dios García, vicario de la parroquia Santo Cristo de Las colinas, así como el de la socióloga activista y feminista María Teresa Blandón y la periodista nicaragüense de Univisión Tifani Roberts.

MÁS NOTICIAS: Liberar a Monseñor Álvarez y más sanciones al régimen de Nicaragua: Resolución de eurodiputados

Gutiérrez expresó a varios medios de comunicación que para evitar precisamente problemas con la dictadura, optó por callar los abusos y amenazas que ha sufrido desde el 2019 hasta la fecha.

“Yo vivo mi vida en paz, sin problemas con nadie, pero la policía me ha retenido mi vehículo, también he recibido amenazas de muerte y cárcel y no entiendo porqué”, manifiesta el abogado.