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  • 3:09 pm
  • Jul 7, 2022

Obispo de Costa Rica: “Misioneras de la Caridad al recibirlas a ustedes hemos recibido a Jesucristo”

Monseñor Manuel Salazar, obispo de la Diócesis de Tilarán, Liberia, en Costa Rica, expresó palabras de bienvenida a las hermanas religiosas de la orden Misioneras de la Caridad “Madre Teresa de Calcuta”, quienes fueron expulsadas por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo y llegaron este miércoles en horas del mediodía a Costa Rica. […]
Mons. Manuel Eugenio Salazar, Obispo de la Diócesis de Tilarán-Liberia, Costa Rica, recibe a Hermanas Misioneras de la Caridad de Madre Teresa de Calcuta, expulsadas de Nicaragua por el régimen Ortega-Murillo
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Monseñor Manuel Salazar, obispo de la Diócesis de Tilarán, Liberia, en Costa Rica, expresó palabras de bienvenida a las hermanas religiosas de la orden Misioneras de la Caridad “Madre Teresa de Calcuta”, quienes fueron expulsadas por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo y llegaron este miércoles en horas del mediodía a Costa Rica.

Monseñor Salazar detalló las condiciones de la salida de las religiosas católicas, de quienes expresó que desconoce las razones y no ve culpa alguna por la que las haya “echado” del país el régimen orteguista.

“Desconozco la razón por las cuales el gobierno nicaragüense las ha expulsado… ellas prefieren guardar silencio por ser religiosas, por su espiritualidad, de desaparecer, de no figurar, de no entrar en polémica”, dijo el líder católico.

Reveló que las hermanas religiosas pasaron momentos de angustia, temerosas de su integridad física, sobretodo porque entre ellas hay algunas adultas mayores, lo que les generaba mucha preocupación; condición que mejoró hasta que llegaron al territorio costarricense, aunque si por ellas hubiera sido se quedan en Nicaragua porque aman al pueblo nicaragüense, especialmente a los más pobres y necesitados.

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“Yo no veo en ellas culpa alguna, sólo son mujeres, esposas de Jesucristo, consagradas, que sólo pretenden servir a los pobres, hacer muchas cosas que muchos otros no hacen. Pero bueno, esa es la vida del cristiano, también la dimensión martirial es parte de la espiritualidad cristiana”, afirmó el líder católico y afirmó que la iglesia de Jesucristo es perseguida, de lo contrario no es de Jesucristo.

Recordó, en sus palabras, que las Misioneras de la Caridad siguen el ejemplo de Madre Teresa de Calcuta y sólo pretenden un privilegio: Amar y servir a los pobres y a los más necesitados.

Monseñor Salazar pidió oración por la iglesia nicaragüense y por el pueblo de Nicaragua, del que refirió que tiene una historia de mucha lucha, confrontación y sufrimiento, por lo que también consideró es necesario un diálogo para la solución de los problemas del país.

“Oremos para que a través del diálogo se llegue a las soluciones de los problemas nicaragüenses, respetándose los derechos humanos, que haya esa ya libertad de expresión de todos y sin violencia y sin agresión, con respeto y tolerancia, se busquen las soluciones políticas”, indicó.

Sor María Teresa agradeció en nombre del resto de hermanas misioneras a la Diócesis de Tilarán y a toda Costa Rica y manifestó que desde el momento que pisaron territorio costarricense han sentido en su corazón mucha paz.

“Solamente son palabras de agradecimiento lo que sale de nuestro corazón, hablo en el nombre de todas mis hermanas que hemos venido desde Nicaragua para Costa Rica. Estamos sorprendidas por el recibimiento que hemos tenido”, dijo emocionada la religiosa.

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Para Monseñor Salazar el recibimiento en Costa Rica de las Misioneras de la Caridad es también haber recibido a Jesucristo, por lo que manifestó que las religiosas les honran con su presencia por ser mujeres valientes, ejemplo de entrega y sencillez en un mundo materialista donde sólo interesa el dinero, el poder político y económico.

“Ustedes enseñan que desde la consagración a Jesucristo, en sencillez, lo que vale la pena es amar a los pobres y entre ellos a los más pobres”, dijo el líder católico y agregó que el amor vencerá y triunfará porque la última palabra en la historia de la humanidad la tiene Dios y no el hombre.

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