• Managua, Nicaragua
  • 9:21 pm
  • Mar 21, 2022

Otra nicaragüense se ahoga en el Río Bravo cuando intentaba llegar a EE.UU.

Por Despacho 505 Otra nicaragüense falleció ahogada al intentar cruzar el Río Bravo, Norte de México, para llegar a Estados Unidos. Este lunes trascendió que la víctima fue identificada como Felícita Lucrecia Soza (49 años) y originaria de Chinandega. Con Soza, ya sumarían tres las nicas en un mismo mes que perecen en el río […]
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Por Despacho 505

Otra nicaragüense falleció ahogada al intentar cruzar el Río Bravo, Norte de México, para llegar a Estados Unidos. Este lunes trascendió que la víctima fue identificada como Felícita Lucrecia Soza (49 años) y originaria de Chinandega.

Con Soza, ya sumarían tres las nicas en un mismo mes que perecen en el río haciendo la travesía. La primera fue Angélica Mariel Silva Mendoza, de 4 años el pasado 4 de marzo, le siguió la esteliana Neyling Rizo Gutiérrez de 26, el 9 de marzo y ahora Lucrecia.

Los reportes en redes sociales indican que la mujer viajaba con su hija y una sobrina. Salieron del país el 4 de febrero pasado, de su casa ubicada en el reparto Monserrat, de Chinandega, en el Occidente del país. La víctima pagó a un coyote 4 mil dólares por cada una para ayudarles a cruzar México.

IBA MAL

Una versión preliminar indica que Felícita Lucrecia no estaba en condiciones de hacer el cruce, pues antes de llegar al punto que estableció “el coyote” que había contratado para la travesía, pasaron cerca de 14 horas retenidos por un grupo de secuestradores que identificaron como Zetas.

Según el relato, Los Zetas manejan el control del cruce recomendado por “el coyote” que llevaba a las nicaragüenses. Durante ese tiempo de espera, las tres pasaron sin ingerir líquidos, ni alimentos. Eso afectó a la víctima, quien, según sus parientes, era diabética.  Otro elemento que contribuyó a la tragedia es que el rio estaba en llena, dijo la hija y la sobrina, quienes se encontraban inconsolables por la tragedia.

A las 3:00 de la madrugada, la banda decidió que se haría el cruce que terminó en tragedia. De nada le valió atarle una cuerda a las caderas. Las corrientes del río eran tan fuertes, que arrastró a la mujer y se ahogó.

VIVIÓ 22 AÑOS EN E.E.U.U

La víctima había vivido 22 años en Estados Unidos. Allá tuvo una hija, pero no le fue posible legalizarse y regresó al país para ver a sus hijos mayores. Tras pasar nueve meses en Nicaragua, decidió hacer el viaje con su otra hija y su sobrina. Aunque el resto de la familia se opuso, ella argumentó que ya lo había hecho antes y que no habría problemas.

Hasta el cierre de esta nota, el cuerpo de la chinandegana permanecía en una morgue en México, mientras su hija última, que vive en Estados Unidos, hacía los trámites para repatriar sus restos a ese país.

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