Padre Enrique Martínez insta a oposición nicaragüense dejar la “prepotencia y el egoísmo” para lograr la unidad

El Padre Enrique Martínez Gamboa, desterrado y ex preso político de la dictadura sandinista, exhortó a la oposición nicaragüenses a dejar la “soberbia, la prepotencia y el egoísmo” para llegar a un acuerdo de unidad por el bien del pueblo que sufre las embestidas de los tiranos Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Durante el lanzamiento de una organización llamada “La gran confederación opositora de Nicaragua en Estados Unidos”, el sacerdote elevó una oración al Santísimo para que prime la unidad y la humidad en la oposición nicaragüense, y reconocer que si no existe ninguna de estas en la disidencia, “el daño que le hacen a los nicaragüenses”.

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“En la unidad esta la fuerza”, aseguró el padre Gamboa, quien aseguró que por la falta de este principio fundamental, la tiranía “sobrevive” y se hace más fuerte.

“Solo creando entre nosotros vínculos de fraternidad, aceptación, respeto, y confianza podremos alcanzar la unidad y éxito que deseamos; que todo protagonismo, competencia y rivalidad” no impere sobre el interés común que es liberar Nicaragua del régimen orteguista.

La oración del padre Gamboa se asemeja al también sacerdote nicaragüense desnacionalizado, Uriel Vallejos, quien criticó fuertemente a la oposición nicaragüense que durante seis años ha reinado la “ambición” y el “egoísmo” al no establecer acuerdo de unidad para hacerle frente a la dictadura sandinista Ortega Murillo.

Durante una homilía el pasado domingo oficiada en la parroquia San Isidro Labrador, del cantón Vázquez de Coronado, provincia de San José, señaló a los dirigentes opositores de vivir del “dolor ajeno” y que “por el error de esa falsa oposición tuvimos a obispos encarcelados, medios de comunicación censurados, exiliados, entre otros”.

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Para el sacerdote, los grupos opositores que hasta el momento no han logrado nada contundente para Nicaragua, son “como si tuviéramos 250 tribus, cada una con su cacique y cada cacique con la mentalidad de gobernar a todos bajo el pecado de la soberbia”; por tanto, abogó por “combatir el egoísmo que se esconde en quienes no quieren ceder de lo suyo”.