Opositores consideran que destierro de religiosos es una amenaza al resto de sacerdotes del país

La “liberación” condicionada con el destierro forzado de al menos 19 religiosos católicos que este pasado domingo 14 de enero arribaron al Vaticano, en Roma, sigue siendo motivo de celebración para opositores al régimen de Daniel Ortega en el exilio, sin embargo, existe el temor que este caso sea una “antesala” de nuevas detenciones y expulsiones de sacerdotes en Nicaragua.

A través de una publicación en X, el ex prisionero político y ex aspirante presidencial, Juan Sebastián Chamorro, advirtió que el destierro de los 19 religiosos profundiza aún más la crisis sociopolítica que vive el país y la persecución religiosa del régimen sandinista en contra de la iglesia católica nicaragüense.

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Incluso, expresó su preocupación ante posibles nuevas detenciones de sacerdotes y obispos que durante sus homilías o mensajes religiosos hagan referencia a la situación de la iglesia en el país, y peor aún, sobre la crisis sociopolítica. A su criterio, estos posibles discursos preven una nueva ola de arrestos injustificados en todo el territorio.

“Con este acto, Ortega pretende que el mundo olvide sus crímenes, ya que tener a Monseñor Álvarez y a los otros sacerdotes encarcelados se había convertido en un peso insostenible para el régimen. La dictadura quiere que el mundo no preste atención a lo que sucede en Nicaragua”, manifestó.

Reacción a excarcelamiento y destierro de Monseñor Álvarez y demás sacerdotes. pic.twitter.com/8qcNBCRFT4

— Juan Sebastián Chamorro (@Jschamorrog) January 14, 2024

“El mensaje es que cualquier otro sacerdote de aquí en adelante que en su prédica hable por la paz, por la justicia, va a caer preso y va a ser expulsado”, señaló.

El ex aspirante presidencial coincide con el politólogo y ex reo político, Félix Maradiaga, en que los sacerdotes desterrados “no han cometido ningún delito y no tienen por qué haber sido expulsados de Nicaragua”.

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Ortega y sus crímenes de lesa humanidad

Maradiaga cree que la excarcelación de los sacerdotes y obispos, es una muestra de Ortega para que la comunidad internacional pretenda “olvidar sus crímenes” considerados de lesa humanidad por organismos de derechos humanos de las Naciones Unidas (ONU).

“Por ello, hoy más que nunca, debemos comprometernos a no guardar silencio nunca hasta que veamos la justicia, la democracia y la libertad que los nicaragüenses merecemos”, demandó.

El politólogo, recordó que él, al igual que muchos excarcelados políticos que fueron desterrados en febrero de 2023 hacia los Estados Unidos, conocen “en carne propia el dolor físico y emocional que causa el encarcelamiento injusto en las personas secuestradas, así como en sus familias”, como fue el caso de todos los religiosos desterrados.

Por ello, afirmó que “esta liberación no debe ser vista como un gesto benévolo por parte de la dictadura sandinista de los Ortega Murillo” porque “ninguno de los sacerdotes y presos políticos han cometido ningún delito y jamás debieron haber estado presos”. Además, porque “nadie que no pueda vivir en su propia tierra y sea desterrado simplemente por sus ideas o creencias, puede llamar a eso libertad”.

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“Aunque celebramos con alegría cristiana y entusiasmo cívico la liberación de los sacerdotes, es fundamental insistir en que aún hay presos políticos por los cuales todos los nicaragüenses que nos oponemos a la dictadura debemos seguir alzando nuestra voz y haciendo los mayores esfuerzos para verlos libres, así como para ver libre a toda Nicaragua, que se ha convertido en una gran cárcel”, finalizó.