Maradiaga denuncia nueva forma de persecución religiosa orquestada por la dictadura sandinista

El opositor y excarcelado político Félix Maradiaga, denunció la nueva forma de persecución orquestada por la policía sandinista al servicio de los dictadores Ortega Murillo contra feligreses de la iglesia católica, a quienes les han recetado casa por cárcel y la prohibición de participar en cualquier actividad religiosa.

Esta nueva modalidad de persecución religiosa es “una situación alarmante y profundamente preocupante que se está desarrollando en Nicaragua bajo la dictadura Ortega Murillo”, expresó Maradiaga, quien aseguró que desde marzo pasado se ha intensificado las medidas represivas que afectan a un centenar de ciudadanos nicaragüenses en al menos cinco departamentos del país.

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Dichas medidas violatorias de derechos humanos consisten en que las víctimas son obligadas a asistir regularmente a una estación de policial más cercana para firmar fichas de procesamiento o un libro de registro.

“Esta medida que a simple vista podría parecer burócrata, no lo es porque esconde una realidad oscura y opresiva. Si estas personas no cumplen con esta obligación impuesta arbitrariamente se les amenaza con cambiar la medida cautelar con prisión preventiva”, denunció el opositor.

La policía sandinista actúa como un brazo represor no solo porque ha impuesto esta “medida humillante”, sino también porque se apropia ilegalmente de los bienes personales como celulares, dinero y documentos de identidad a quienes mantienen secuestrados en sus propias viviendas.

“Estas personas están en sus casa pero no se sienten libres, están siendo sometidos diariamente a la humillación de tener que presentarse a estaciones policiales para firmar y estar controlados por agentes de inteligencia, incluso se les ha impedido participar en activadas extracurriculares y religiosas”, aseguró el excarcelado.

Para Félix Maradiaga, esta práctica opresiva es casi invisible porque no se hace ante el ojo público, por tanto considera que la comunidad internacional debería de estar pendiente de esta nueva modalidad de persecución.

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“Esta conducta no es solo una violación flagrante de los derechos humanos, sino también que representa un abuso de poder y una total falta de respeto a la dignidad de las personas”, añadió.

Maradiaga manifestó que se han dirigido a los organismos de derechos humanos internacionales, particularmente a aquellos que monitorean la situación de libertad religiosa de Nicaragua para que preste atención a esta situación crítica y “protegiendo al máximo la identidad de las víctimas para que se documente esta nueva forma de represión”, finalizó.