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  • 3:26 pm
  • Dic 20, 2022

Daniel Ortega con odio: “Yo nunca le he tenido respeto a los obispos”

El dictador Daniel Ortega volvió a atacar a la Iglesia Católica y a sus líderes durante el acto de la XXV Graduación de “Licenciados en Ciencias Policiales” de la Academia de Policía “Walter Mendoza Martínez”, dedicado a “Gaspar García Laviana” y realizado la noche de este lunes 19 de diciembre, tras afirmar en su discurso […]
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El dictador Daniel Ortega volvió a atacar a la Iglesia Católica y a sus líderes durante el acto de la XXV Graduación de “Licenciados en Ciencias Policiales” de la Academia de Policía “Walter Mendoza Martínez”, dedicado a “Gaspar García Laviana” y realizado la noche de este lunes 19 de diciembre, tras afirmar en su discurso que los sacerdotes son caínes, fariseos y sepulcros blanqueados, a quienes no les tiene ningún respeto.

“Entonces qué respeto podía tener, yo nunca le tuve respeto a los obispos, no podía creer en los obispos, en algunos sacerdotes y en ese acercamiento eran excepciones de sacerdotes que tenían una práctica cristiana como Gaspar García Laviana, que sin ser nicaragüense tuvo más compromiso con el pueblo, con los pobres, con los campesinos, con la dignidad de esta tierra agredida, que la mayoría de los curas y obispos de Nicaragua”, dijo Ortega lleno de odio.

Ortega ensalzó el actuar del fallecido Gaspar García Laviana, quien fue un sacerdote, poeta y guerrillero​ español que luchó junto a la Revolución popular Sandinista durante la guerra insurreccional contra el dictador Anastasio Somoza Debayle en Nicaragua y continuó incitando a la violencia en contra de los sacerdotes de Nicaragua, a quienes encarcela, condena, persigue, destierra y amenaza, y dijo que al final de cuentas detrás de una sotana está un ser humano. “La sotana no hace santo a nadie, el hábito no hace al monje”, expresó furioso.

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El dictador estuvo acompañado por los Comisionados Generales Ramón Avellán, Jaime Vanegas, el General Spiro José Bassi Aguilar, segundo jefe del Estado Mayor del Ejército de Nicaragua, Mayor Marvin Corrales, inspector del Ejército de Nicaragua y los extranjeros Teniente Coronel Ernesto Martínez, agregado militar naval y aéreo de la Embajada de la República de Cuba, el Comisionado José Luis Mancilla Valle, agregado Policial de la Embajada de la República de El Salvador, el Coronel Oleg Sidorov, director del Centro de Capacitación Especializada del Ministerio del Interior de la Federación Rusa.

“En Nicaragua, ellos han hecho un gran trabajo aquí para toda la región y más allá, este centro es para formar, capacitar, para proteger a las familias, para proteger al pueblo, gracias”, reveló el dictador sobre el entrenamiento militar de los extranjeros a sus guardias.

Llama “Héroe” a Avellán por reprimir en Masaya

El dictador Ortega llamó “héroe” al sancionado Comisionado General Ramón Avellán Medal por “poner a prueba” a los guardias del comando en Masaya. “No es fácil, estar en un cuartel, estar armando con suficientes armas y personal como para barrer con quienes atacan todos los días ese cuartel, alentados por los que no tienen ningún amor a Dios, alentados por los caínes, atacando todos los días”, dijo en referencia a los líderes católicos.

“Pensaban que la policía estaba vencida y los ataques eran en diferentes cuarteles todos los días y salían de algunos templos, no de todos los templos, pero algunos templos donde estaban los fariseos, los sepulcros blanqueados, de esos templos salían y un departamento donde, incluso, abiertamente salieron algunos curas con la sotana, manipulando la sangre, para llamar al derramamiento de sangre”, despotricó Ortega.

Dice creer en Cristo y acusa de somocistas a líderes católicos

El dictador afirmó que siempre ha tenido “una gran fe, admiración y respeto” a Cristo, quien, según él, fue su primera inspiración para luchar por los pobres.

“En Cristo yo veía al hijo de Dios que había bajado a la Tierra a luchar por los pobres, no por los ricos, no por los capitalistas, no el imperio romano, que es lo que como el imperio yanqui en estos tiempos”, expresó Ortega siempre con furia.

“Y no podía confiar en los sacerdotes, hay algunos sacerdotes que le tenía respeto cariño, a otros pues no podía tenerles respeto ni cariño, por sus actitudes. Fíjense, la cúpula de la Iglesia Católica en Nicaragua, los obispos, todos eran somocistas, predicaban el somocismo, en nombre de Dios santificaban el somocismo, sí, eran somocistas y la mayor vergüenza”, dijo.

En su destilación de odio repitió su discurso anticatólico al afirmar que “cuando las tropas yanquis, en una de las tantas intervenciones en nuestro país se formaban y ponían los fusiles ahí cruzados, y la tropa formada y los fusiles ahí, unos junto a otros, en racimos digamos, entonces apareció el señor arzobispo, el primer obispo que tuvo este país, Monseñor José Antonio Lezcano Ortega a bendecir a las tropas yanquis y a bendecir las armas”.

“Cómo se le puede llamar cristiano a alguien que actúa de esa manera, yo me avergonzaba porque era… él venía siendo tío de mi padre y por lo tanto, tío abuelo nuestro. Y era el obispo, pero no podía respetarlo como autoridad religiosa, no podía ver en él la palabra de Cristo, por mucho que hablaran en nombre de Cristo, sencillamente estaban blasfemando cada vez que hablaban en nombre de Cristo”, expresó en medio del aplauso de todos los presentes y la risa sarcástica de su esposa.

Estudió en colegios católicos 

Según su discurso, Ortega afirmó haber estudiado en colegios católicos, donde según él, le hablaban “las maravillas” del presidente Somoza y su gobierno.

“Nos hablaban maravilla de los yanquis que tenían intervenido nuestro país, donde eran incapaces de condenar los crímenes que se cometían en contra de nuestro pueblo durante todo ese período, mucho menos hubiesen tenido el valor de condenar el crimen del General de Hombres Libres, Augusto Calderón Sandino, más bien lo aplaudían, esos crímenes los aplaudían ellos”, afirmó y los acusó de enterrar a Somoza con honores.

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“Y recuerdo en los funerales del dictador Somoza, los funerales de Somoza ejecutado por el héroe Rigoberto López Pérez, recuerdo que estábamos curioseando el paso del funeral, y ahí los señores obispos, enterrando el dictador con honores de príncipe de la iglesia, imagínense, a un tirano, a un asesino, lo enterraron con honores de príncipe de la iglesia”, refirió.

“Eran una excepción los sacerdotes que tenían una práctica cristiana como Gaspar García Laviana, que sin ser nicaragüense tuvo más compromiso con el pueblo, con los pobres, con los campesinos, con la dignidad de esta tierra agredida, que la mayoría de los curas y obispos de Nicaragua”, señaló y agregó que Laviana está con Dios.

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