Ortega prohíbe a sacerdotes visitar enfermos en los hospitales y llevar santos óleos

La abogada y experta en temas religiosos, Martha Patricia Molina, denunció este jueves que la dictadura de Daniel Ortega arreció las prohibiciones contra la libertad religiosa en Nicaragua y la iglesia católica al negar la entrada a los hospitales a sacerdotes para llevar los santos óleos a pacientes gravemente enfermos o en riesgo de muerte.

“En los hospitales están prohibiendo el ingreso de sacerdotes para que lleven los Santos Óleos para la unción de los enfermos”, denunció Molina en su cuenta oficial de X.

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La iglesia católica tiene como misión llevar a cabo trabajos pastorales en todo el mundo, y asistir a los enfermos es una de ellas, además de visitar a los carceleros, lo cual hasta el día de hoy no era prohibido en Nicaragua.

Según Molina, la nueva política ha sido aprobada recientemente a través del oficialista Ministerio de Salud (Minsa), una de las instituciones más criticadas desde 2018 por negar la asistencia a jóvenes heridos de bala, entre ellos Alvaro Conrado, durante las manifestaciones antigubermentales que eran reprimidas por la sancionadas Policía sandinista.

Ahora han limitado el acceso a los religiosos para llevar los santos óleos que los sacerdotes administran a pacientes gravemente enfermos o en riesgo de muerte. La unción de los enfermos es uno de los siete sacramentos de la iglesia católica.

Otro sacerdote se va al exilio

Por otro lado, Molina también informó que en la última semana otro sacerdote fue obligado al exilio en medio de la persecución del régimen sandinista a través de la Policía sandinista, el brazo represor de los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo.

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“Nada sigue normal. En la última semana un sacerdote salió al exilio producto de la persecución policial”, reiteró la experta en temas religiosos, también en el exilio.

En los últimos años, Molina ha documentado a través de la investigación “Nicaragua: ¿una Iglesia perseguida?”, más de 870 ataques contra de la Iglesia católica de Nicaragua, también el exilio forzado de 245 sacerdotes, la confiscación de 19 propiedades y la cancelación de 14 congregaciones católicas, mientras se mantiene la censura.