Sacerdote a perseguidores: quienes encarcelan y despatrian “lanzados al fondo del mar”

Durante la homilía de este domingo en la iglesia Santa Agatha de Estados Unidos, el sacerdote Marcos Somarriba exhortó a las dictaduras y a quienes se aferran al poder de tener “ganado el infierno” por perseguir, exiliar y desnacionalizar a quienes no están de acuerdo con sus ideologías y manera de pensar.

El padre Somarriba nos enseñó con el evangelio de San Mateo que Jesús está a favor de las víctimas, y que si alguno se metiere con uno de sus pequeños (sus hijos), el señor desatará su ira contra aquellos que hacen el mal.

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En el evangelio de San Mateo capítulo 18, versículo 6 dice: Pero al que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que le colgaran al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y que se ahogara en lo profundo del mar.

Es decir, el religioso advirtió conforme a su palabra que cualquiera que haga daño y convierta a muchos en víctimas de personas o dictaduras, Dios en su palabra dice que estos tienen una pena de muerte segura porque él desatará su su ira contra ellos y hará justicia a sus hijos.

“En el contexto de personas y regímenes corruptos, es un llamado urgente a reconocer como las acciones inmorales y la riqueza obtenida de manera ilícita no solo afectan a quienes la cometen, sino que se convierten en escándalos que arruinan la moral y las esperanzas de una sociedad, los actos de corrupción y la explotación causa tropiezos, dolores y muertes, especialmente a los que reclaman sus derechos”, por tanto, aseguró que estos serán juzgados por la autoridad divina.

“Quienes exilian, encarcelan persiguen y despatrian reciben la misma sentencia, soga al cuello con una piedra de molino para ser arrojados al fondo del mar”, enfatizó.

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Agregó que Jesús se identifica con las víctimas, “quienes tocan a las víctimas, me tocan a mí” dice su palabra. Por tanto, el religioso nos enseñó que no nos superiores a los demás, porque los que cometen este pecado y desprecia y rechaza a sus hermanos, “merecen morir al fondo del mar”.

Por otro lado, insistió que como cristianos no podemos ser indiferentes al sufrimientos de otros, sino alzar sus voces por quienes hacen el bien.