España acoge a dos sacerdotes y un obispo que fueron desterrados de Nicaragua por Ortega

Las diócesis de Granada y Santiago de Compostela, en España, han decidido acoger a dos sacerdotes y un obispo a quienes en enero pasado, la dictadura de Daniel Ortega desterró de Nicaragua hacia el Vaticano.

Se trata del sacerdote Héctor Treminio, de la Arquidiócesis de Managua, quien era párroco de Nuestro Señor de Esquipulas y ecónomo de la Catedral Metropolitana, y el padre Marcos Francisco Diaz, vicario general de la diócesis de León.

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Ambos estarán sirviendo en la diócesis de Granada, según informó el arzobispo de la sede andaluza, monseñor José María Gil Tamayo, al medio Religión Digital.

El padre Treminio se puso en contacto con el arzobispo español a través de otro sacerdote, y ayudó a que el religioso de la ciudad de León también se acercara a esta diócesis para trabajar en conjunto con la iglesia que peregrina en ese país.

“Realmente han sufrido y sufren el destierro. Ayudaremos en lo que esté en nuestras manos. Ahora somos su presbiterio”, dijo monseñor José María Gil Tamayo a Religión Digital.

Obispo de Siuna es recibido en España

Asimismo, ha sido acogido por España, esta vez por la diócesis Santiago de Compostela, el obispo de Siuna del Caribe de Nicaragua, monseñor Isodoro Mora, quien es señalado de ser crítico de la dictadura sandinista.

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El alto jerarca católico nicaragüense fue recibido durante la pasada misa cristal por el arzobispo de Santiago de Compostela, Francisco José Prieto, quien le dio una calurosa bienvenida a la archidiócesis gallega, y le expresó su deseo de que “sea para él un oasis de celebración y de fraternidad”.

Religión Digital conoció que monseñor Mora viajará en breve a Roma, pero con la intención de regresar a la sede arzobispal gallega para reintegrarse a sus labores pastorales.

Por su parte, los otros dos sacerdotes nicaragüenses con más de dos décadas de ministerio, viajarán a Roma para completar con la Santa Sede la documentación requerida para estos casos y luego regresarán a Granada para quedarse.

Los tres religiosos son los primeros en ser recibidos por España luego que en enero pasado la dictadura de Ortega desterrara a un grupo de 19 religiosos católicos que permanecían detenidos por razones políticas, entre ellos el obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez.