• Managua, Nicaragua
  • 8:51 pm
  • Sep 27, 2022

Los ‘semaneros’ la opción de endeudamiento a la que muchos matagalpinos optan

Es más que común que en un barrio las personas tengan una deuda con algún “semanero” al que le hayan tomado algún producto, que de contado difícilmente habrían podido adquirir y, quienes más se “enjaranan” con ellos son las amas de casa. Un juego de sartenes (pailas) lo ofrecen desde 800 a 2 mil córdobas, […]
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Es más que común que en un barrio las personas tengan una deuda con algún “semanero” al que le hayan tomado algún producto, que de contado difícilmente habrían podido adquirir y, quienes más se “enjaranan” con ellos son las amas de casa.


Un juego de sartenes (pailas) lo ofrecen desde 800 a 2 mil córdobas, dependiendo de la cantidad o calidad de las ollas, sin embargo, ese precio es hasta tres veces más alto que comprarlo al “cash” en el mercado local.

En Matagalpa se les ve caminando por diferentes zonas de la ciudad. Van cargados y en determinados puntos hacen paradas para descansar o para empezar a ofrecer su mercancía.

“No es un engaño ni estafa”, asegura Joel Urrutia, quien se dedica a este oficio de “semanero’” desde hace años y tiene buenas clientas en la norteña Matagalpa. Él explica que al momento de visitar a un posible cliente se le muestra el producto muy bien y se le da un valor más alto por el método de pago, ya que en ocasiones se tardan meses en cancelarlo.

“A mis clientas les ofrezco de todo, unas me quedan mal, otras no tengo problemas, el arreglo de los que trabajamos así es que semanal pasamos por cuotas pequeñas hasta saldar la deuda, por eso nos llaman semaneros”, manifiesta Urrutia.

Este negocio tiene sus riesgos pues a veces el cliente no termina de pagar la deuda y se queda con el producto

Este comerciante lamenta que ciertas personas les llamen estafadores

“Algunos clientes cuando se dan cuenta del precio de algún producto, por ejemplo un abanico, nos dicen ladrones. Un abanico vale como 800 pesos, dependiendo del tamaño y marca, pero nosotros lo damos al doble porque se paga en cuotas y eso ellos no lo entienden y por eso nos dejan de pagar o nos llaman estafadores”.

Se esconden para no pagar

Hamilton Casas, viene a Matagalpa desde Ciudad Darío, él vende sillas y recorre la ciudad también para cobrar, pero su mayor reto es “encontrar a quien me debe”.

“A mi se me esconden, cierran la puerta o me dicen que no están. Han habido casos que yo voy para sus casas, los veo entrar y cuando pregunto por la persona que me debe, de pronto sale alguna niña o niño y me dice: ‘dice mi mamá que no está’, entonces lo que hago con ese tipo de clientes es que no les vuelvo a dar nada”, lamentó.

Al “suavecito”

Johana López, es fiel cliente de “semaneros’” y  expresa que llegó a deberle a más de 11 semaneros, pero con ninguno quedó mal y que gracias a ellos se ha hecho de sus cositas.

“Mire estas sillas, esas cortinas y aquellos muebles de allá también los agarré al ‘suave’, si no hubiera sido por esos créditos difícilmente los tendría, pero gracias a Dios a ningún ‘semanero’ me le escondo y de 11 sólo me quedé trabajando con 5 porque la situación está difícil”, argumentó Johana.

En la misma tónica se pronunció doña Cecilia Hernández, ella es una señora de la tercera edad que depende de su escuálida pensión. “Yo estoy clara que me sale hasta tres o cuatro veces más caro que ir al mercado pero cuando voy a tener mil pesos de un solo para comprar un juego de cuatro sillas plásticas con su mesa. Mi pensión es de 3 mil 500 córdobas, entonces de ella aparto lo del ‘semanero’ y ya casi las termino de pagar”, refiere la anciana.

Opción ante falta de créditos

Rodrigo Rizo, economista matagalpino, asegura que esta práctica de endeudarse con “semaneros” o “linieros”, es la opción de la gente que no tiene acceso a créditos de fuentes formales.

“Se les conoce como linieros también, se originan en Ciudad Darío y Sébaco. Para los dueños de la mercancía, es un negocio muy rentables, ellos prestan a un interés exorbitante por el alto riesgo a que no los paguen, hay casos que el precio llega al 300%, ejemplo lo compran a 100 y lo venden a 400, la gente no lo siente por que es en abonos semanales”, explica.

Rizo argumenta que los clientes de linieros se ven en la obligación de adquirir un producto que tiene el doble de su valor real, ya que en el hogar es necesario, una cocina, una licuadora, unas sillas entre otros equipos.

“Hay un riesgo, tanto para el deudor como al vendedor, pero es una práctica que cubre una necesidad, sin embargo, no es recomendable endeudarse con varios ‘semaneros’ a la vez”, aconsejó el economista matagalpino.

Así como se le ve por las calles de Matagalpa, estos comerciantes informales son comunes en todas las ciudades del país y son miles las familias que ‘resuelven’ con esta alternativa de compra.

 

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