• Managua, Nicaragua
  • 3:28 pm
  • Sep 2, 2022

Sacerdote de Boaco Leonardo Urbina condenado a 30 años de prisión por juez sandinista Edén Aguilar

El sacerdote de Boaco, Monseñor Leonardo José Urbina Rodríguez, recibió este jueves la condena a 30 años de prisión por parte del juez militante sandinista Edén Aguilar, Tercero de Violencia de Managua.  La sentencia de 30 años de prisión para el sacerdote Urbina, resulta de la suma de dos delitos: Uno por abuso sexual […]
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El sacerdote de Boaco, Monseñor Leonardo José Urbina Rodríguez, recibió este jueves la condena a 30 años de prisión por parte del juez militante sandinista Edén Aguilar, Tercero de Violencia de Managua.

La sentencia de 30 años de prisión para el sacerdote Urbina, resulta de la suma de dos delitos: Uno por abuso sexual y otro por violación a una menor de 14 años.

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El abogado Yáder Morazán, exfuncionario del Poder Judicial, actualmente en el exilio por amenazas de cárcel y muerte por parte de la dictadura de Daniel Ortega, explica ampliamente en su cuenta de twitter las anomalías que giran alrededor de este juicio contra el sacerdote de Boaco, que culmina enviándolo a prisión por 30 años.

“El juicio se celebró sin ningún tipo de transparencia, sin el acceso o presencia de los familiares cercanos del sacerdote, y con la misma defensora pública impuesta por el juez, de nombre Jennifer Elliett Hernández Granera y el fiscal Emanuel Álvarez G.”, señala Morazán.

El especisliata en derecho destaca que al sacerdote se le impone la pena accesoria de inhabilitación absoluta, aunque la sentencia no dice de qué lo inhabilitan. También se le remite a participar en programas de orientación, atención y prevención dirigidos a modificar su conducta y así “evitar reiteración”.

No presentan las pruebas más importantes

“Tal como me lo habían filtrado anteriormente, y que ahora leo en la sentencia, al juicio no comparecieron las dos personss que debieron aportar las pruebas más importantes después de la declaración de la víctima, como son la médico legal Carolina Aguinaga, ni la psicóloga forense Olga Granados Pravia”, considera Morazán.

Además, explica que quién simuló la defensa del sacerdote “no tenía como cuestionar el proceso de extracción, procesamiento y conclusión de ambas evidencias forenses, porque estas personas fueron sustituidas por personal del Insittuto de Medicina Legal (IML-Managua), quienes se limitaron a dar lectura a los dos dictámenes”.

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“Sin referirme a que si los hechos acusados son reales o no, lo que acá vemos de nuevo es un proceso anulable por estar plagado de muchas irregularidades, pese a que ellos tenían y tienen a todo el aparato estatal para hacer cualquier cosa que al menos aparente algo de legalidad”, explica Morazán.

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