Padre Fabretto jamás robó a nadie, el que quiera adueñarse de sus tierras es un ladrón afirma sacerdote

El sacerdote Edgar Báez afirmó en su reflexión, durante la misa del 32 aniversario de la muerte del Padre Rafael María Fabretto, en San José de Cusmapa, que se ha golpeado lo que más quiso el religioso: los niños y los pobres.

Sus palabras se derivan de la reciente cancelación de la personería jurídica de la Fundación Padre Fabretto y la confiscación de todas sus propiedades de parte de la dictadura de Daniel Ortega.

“No se daña al Padre Fabretto como tal, su nombre siempre estará, no se le hace daño, su legado trasciende, no se borra jamás, nunca. Se atenta y se hace daño a quién? A lo más querido de Dios. Quiénes son los más queridos de Dios? Los niños, los pobres, recuerdan esto en Mateo 19: Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan”, dijo el sacerdote en su homilía.

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Báez afirmó que con la acción arbitraria de la cancelacíon y ocupación de los bienes adquiridos por el Padre Fabretto también se ofende al pueblo. “Recuerden lo que dice Jesús: Ay de aquel que escandalice a uno de estos pequeños, más le vale que le cuelguen una piedra de molino y lo arrojen al mar”, subrayó.

El líder católico manifestó sentir tristeza, dolor y descontento por todo lo que le han hecho a los niños.

“Esto es humano, es normal, es natural estar como enojados; arrechos es la palabra nicaragüense, por lo que ya sabemos. Yo siento lo que ustedes están viviendo con la noticia, no tan buena para este pueblo y para Nicaragua”, dijo.

Dijo recordar las palabras del Señor Obispo Juan Abelardo Mata durante fue seminarista:  “La carne de cura indigesta, el que hable mal o haga mal a un sacerdote, muere reventado”, en alusión a todas las arbitrariedades cometidas en contra de la Fundación Padre María Fabretto y los ataques del gobierno en contra de la Iglesia Católica.

El Padre Edgar advirtió que no se puede tocar la obra del sacerdote Fabretto, porque al pueblo le consta que son propiedad de los niños y del pueblo. Indicó que Fabretto compró esas tierras que hoy son Fabretto, algunas se la regalaron gente pobre.

“Jamás le robó a nadie, lo testifica su vida, él las compró estas tierras, el que quiera adueñarse de estas tierras, sabrá que se convierte, por ende, en un ladrón y eso vergüenza debe de dar”, advirtió el religioso al mismo tiempo que exigió que se debe respetara la memoria del religioso.

Posesiones de Fabretto deben ser de la Iglesia no del Estado

Así mismo, dijo en términos personales, que si la obra del Padre Fabretto, terminara por alguna razón, las posesiones deben pasar a la Iglesia y a la parroquia de San José de Cusmapa.

Añadió que la obra del Padre Fabretto no puede ser de ninguna persona ni de una institución ni de Estado.

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Padre Fabretto no dio sólo comida, ni estudio, sino el alimento espiritual para que en la vida fueran hombres de bien, de mucho provecho, refirió el religioso, al mismo tiempo que  aclaró que tampoco se acercó a enseñar ninguna ideología.

Al concluir su homilía, el sacerdote Edgar Báez animó a la feligresía a comprometerse con la obra que dejó como legado el Padre Rafael María Fabretto en San José de Cusmapa y zonas aledañas a esa comunidad, a pesar de vivir en tiempos revueltos.