• Managua, Nicaragua
  • 6:08 pm
  • Feb 10, 2021

La dictadura los expulsó de universidades públicas y ahora serán estudiantes de la UCR

Iris Barrera y Enrique Orozco son dos chavalos exiliados y han recibido una de las mejores noticias de su vida, la semana pasada les notificaron que serán parte de la familia de la Universidad De Costa Rica, una de las mejores casas de estudios de Latinoamérica, al clasificar con excelentes notas su prueba de admisión. […]
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Iris Barrera y Enrique Orozco son dos chavalos exiliados y han recibido una de las mejores noticias de su vida, la semana pasada les notificaron que serán parte de la familia de la Universidad De Costa Rica, una de las mejores casas de estudios de Latinoamérica, al clasificar con excelentes notas su prueba de admisión.

“Estaba esperando esta noticia con mucha ansiedad, con mucho anhelo y esperanzas, obviamente que fue un momento de mucha felicidad” comenta Iris Barrera.

Mientras Enrique nos dice que “Fue una emoción muy grande al saber que soy elegible en la universidad de Costa Rica y al darme cuenta se me salieron las lágrimas, más aún cuando se lo conté a mi mamá que lo había logrado, que mis metas que me había propuesto las había logrado”.

La Universidad de Costa Rica es una de las cinco universidades públicas de la República de Costa Rica siendo considerada una de las más prestigiosas y reconocidas de América Latina y la mejor de América Central​

Estos jóvenes exiliados son víctimas de la represión de la dictadura de Daniel Ortega cada uno de sus trincheras aportaron a la causa azul y blanco.

“Somos un montón de chavalos que venimos con metas, sueños y propósitos y que en nuestros país no podemos cumplirlos por la represión, somo chavalos que venimos a este país con una maleta de propósitos y con grandes ilusiones pero dentro de esas ilusiones tenemos que luchar por el pan de cada día” asegura Barrera.


En el caso de Enrique las autoridades de la UNAN Managua lo expulsaron por haberse involucrado en la lucha, pero eso no fue todo, tomaron más represalias y le borraron sus notas académicas.

“Al ser expulsado por el simple hecho de demostrar mi indignación, de que tenía un sentimiento crítico como estudiante nicaragüense, sufrí esa represión en la parte académica y regresar a Costa Rica con mis sueños destruidos y ahora volver a edificarlos y sentir que ahora ya lo estoy haciendo, fue algo bastante simbólico en mi vida” dice Orozco.

Con las notas obtenidas en el examen de admisión tendrá que seleccionar la carrera que desean estudiar, ambos coinciden en ciencias sociales.

La dictadura no pudo, ni podrá arrebatarles su sueños los cuales los llevaran a la nueva Nicaragua.


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