• Managua, Nicaragua
  • 4:46 pm
  • Ene 22, 2021

Padre e hija jinotepinos emprenden negocio de tortillas y buñuelos en Costa Rica

La pandemia ha dejado y sigue dejando sin empleos a decenas de nicaragüenses exiliados en Costa Rica, por lo que muchos de ellos han tratado de reinventarse una opción para poder sobrevivir en un país que sufre los embates económicos que ha dejado el Covid-19 a nivel mundial. Desde una calle ubicada en el centro […]
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La pandemia ha dejado y sigue dejando sin empleos a decenas de nicaragüenses exiliados en Costa Rica, por lo que muchos de ellos han tratado de reinventarse una opción para poder sobrevivir en un país que sufre los embates económicos que ha dejado el Covid-19 a nivel mundial.

Desde una calle ubicada en el centro de San José, se escucha ese sonido popular y particular  de Nicaragua que nos indica que desde acá se palmean y preparan esas exquisitas tortillas nicaragüenses.

El negocio de don Fran aperturó desde hace un mes

Es el negocio que emprendió Francisco Cordero en plena pandemia, tras haberse quedado sin empleo. La idea partió un día de tantos en una búsqueda intensa por encontrar tortillas en esa zona de la capital costarricense, razón por la cual decidió  poner una tortillería.

“Un día caminé como un kilómetro y medio en busca de tortillas, en busca de tortillas y al volver se me ocurrió poner un negocio como este, pero no tenía recursos y comencé a buscarlos, hablé con el dueño del local para que me lo alquilara y así nació la idea” explica Cordero.

Francisco Cordero es originario de Jinotepe, Carazo y es un ejemplo de que sí se puede emprender en un país que no es el suyo y su hija Katherine lo sabe muy bien, pues ha emprendido su negocio de buñuelos, los que también oferta en esta tortillería.

Los buñuelos tienen un valor de 1200 colones

“Son 100% de yuca y queso, son caseros , naturales 100% y la miel es especial, yo le doy un toque personal” asegura Katherine Cordero, hija de Francisco.

El negocio lo abrió desde hace un mes y ha tenido muy buena aceptación.


“Esta muy sabroso, escogí el mejor lugar para matarme el hambre, yo lo voy a recomendar porque soy aficionada a la comida nicaragüense y volveré por los nacatamales” asegura Susana Rivas Mora, una costarricense que visitó esta negocio.

Si usted habita en Costa Rica y visita San José lo invitamos a que apoye el emprendimiento de don Frank, su negocio está ubicado del Colegio de Señoritas, una cuadra al sur.

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