El viernes 31 de julio del 2021, a eso de las 11 de la mañana (hora local), una persona no identificada entró a la Capilla de la Sangre de Cristo en la Catedral Metropolitana de Managua y arrojó una bomba que provocó un incendio dentro del templo en donde permanece la consagrada y venerada imagen de La Sangre de Cristo y expuesto el Santísimo en su sagrario abierta para los fieles.
🇳🇮A 2 años de la quema de la Capilla de la Sangre de Cristo de la catedral de Managua, la gran mayoría de los nicaragüenses estamos convencidos de que ese fue un "acto terrorista", una declaración de odio contra la iglesia católica por su labor evangelizadora. pic.twitter.com/Fg5QWXT8iT
— Cenidh (@cenidh) July 31, 2022
El Cardenal Brenes junto a su Vicario General, Monseñor Carlos Avilés y los sacerdotes de Catedral se dirigieron hacia el templo para las evaluaciones de los daños causados por el atentado. Apenas concluida su evaluación el Arzobispo expresó en conferencia de prensa, su dolor, su tristeza y su repudio ante este hecho.
En sus declaraciones señaló que ante este acto “de sacrilegio y profanación totalmente condenable es necesario permanecer en constante oración para derrotar las fuerzas malignas”.
Agregó que este atentado se agrega a una serie de actos de sacrilegio y de violaciones de la propiedad de la Iglesia, profanaciones a varios templos, que representan una cadena de eventos que reflejan el odio hacia la Iglesia Católica y su obra de evangelización.
“Es un acto terrorista en el que se quiere amedrentar a la Iglesia”, dijo el jerarca católico.
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