Monseñor Rolando Álvarez insta a los creyentes a estar unidos y hacer el bien a sus enemigos

Monseñor Rolando José Álvarez Lagos, Obispo de la Diócesis de Matagalpa, llamó a los creyentes católicos a no cansarse de hacer el bien no sólo a quienes les aman sino también a quienes los odian, además les animó a bendecir a los que los maldicen.

El mensaje lo brindó Monseñor Álvarez en su homilía al inicio de la Cuaresma este Miércoles de Ceniza, desde la Catedral Nuestra Señora del Rosario en Estelí, este 02 de marzo.

“En los momentos más difíciles esto incluye a quienes no nos quieren, a los que piensan mal de nosotros, a los que nos critican destructivamente y hasta nos pudieran odiar, a los que nos miran como enemigo, a los que nos han querido hacer un daño en la vida, a los que no nos miran con simpatía, a los que les resultamos antipáticos…amen a sus enemigos, hagan el bien a los demás y bendigan a los que los maldicen”, dijo Monseñor en su homilía.

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Animó a la feligresía a no desfallecer aún cuando se esté yendo contra la corriente del mundo, cuando se vivan algunos momentos de más la oscuridad, muerte, guerra, destrucción y brindó una esperanza de “cosechar los frutos a su debido tiempo”.

El líder católico hizo hincapié en hacer el bien a todos sin cansarse porque aún en los hombres y mujeres más despiadados de la historia, se puede encontrar un aliento de bondad.

“¿Por qué no decirlo de tener un corazón bueno como es el corazón de nuestro Padre? Una bondad que le pertenece a él, pero que él derrama en cada uno de nosotros”, expresó.

Indicó estar plenamente convencido que aún en los rostros más endurecidos, aún en las palabras más hirientes, aún las expresiones de mayor presión psicológica sobre un ser humano que podría emitir otra persona, allá en el fondo de ese corazón, aparentemente endurecido y empedrado, se esconde un aliento, un hálito, una chispa de bondad.

“…en el fondo de su corazón tiene un aliento de bondad, también es capaz de ser bueno”, dijo al mismo tiempo de advertirles que el maligno intenta borrar la impresión de Dios en el ser humano, pero el poder la bondad de Dios se impone a los “demonios infernales”.

El Obispo instó a los creyentes a estar unidos en esta Cuaresma como la unidad del cuerpo de Cristo, unidos en la fe, caminar juntos en un mismo sentir porque las embestidas de las aguas turbulentas del mundo son demasiado fuertes y solamente así se pueden soportar las embestidas terribles del maligno.

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“Este último año, los nicaragüenses nos han enseñado que hay cosas más importantes que nos unen que las que nos separan. Estemos unidos porque las embestidas del maligno son grandes y enormes”, finalizó el jerarca católico.