• Managua, Nicaragua
  • 6:05 pm
  • Ene 16, 2022

Monseñor Báez: “Recen, actúen, abran su corazón, porque el mejor de los vinos va a venir”

La homilía de Monseñor Silvio José Báez, Arzobispo auxiliar de Managua, de este domingo 16 de enero, fue basada en la conversión del agua en vino, el primer milagro que hizo Jesús en las Bodas de Caná, en cuyo mensaje, el líder religioso lleva esperanza a su feligresía. Monseñor Báez relató que este domingo que […]
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La homilía de Monseñor Silvio José Báez, Arzobispo auxiliar de Managua, de este domingo 16 de enero, fue basada en la conversión del agua en vino, el primer milagro que hizo Jesús en las Bodas de Caná, en cuyo mensaje, el líder religioso lleva esperanza a su feligresía.

Monseñor Báez relató que este domingo que los feligreses escucharon el conocido relato de Jesús que no fue un simple milagro, sino un “signo” que suscitó la fe de sus discípulos que llegaron a creer en él.

Dice el evangelio que “fueron invitados a una boda Jesús y sus discípulos”. Jesús inicia sus signos en medio de la gente, cantando, riendo, bailando, comiendo y bebiendo en una fiesta.

“En aquellas bodas de Caná ocurre lo inesperado. En medio de la fiesta llega a acabarse el vino. ¿Cómo se podría celebrar con alegría la fiesta? Sin vino todo terminaría en una frustración para los invitados y en una vergüenza para los esposos. Sin vino no hay alegría ni fiesta”, relató Báez.

Báez resaltó, en sentido figurado, que también hay sociedades en las que falta el vino porque se vive con miedo a causa de la represión violenta y los discursos mentirosos y amenazadores.

“Falta el vino” cuando se impone la crueldad

Subrayó que también falta el vino cuando hay dominadores y víctimas, cuando se impone la crueldad como estrategia para conservar el poder, cuando se llora en las familias a causa de la brutalidad de los tiranos.

“En una sociedad falta el vino cuando falta la serena y humilde voluntad política de escuchar, dialogar y ceder para buscar el bien común. Sigue faltando el vino en la sociedad cuando no hay oportunidades de trabajo digno para los pobres, cuando hay encarcelados por motivos políticos y cuando muchos se ven forzados al exilio para poder sobrevivir. Una sociedad dividida, triste y oprimida es una sociedad en la que falta el vino de la vida, de la alegría y del amor”, resaltó.

En las bodas de Caná estaba la madre de Jesús participando de la fiesta (cf. Jn 2,1) y al darse cuenta de que el vino, que era esencial para la fiesta se había terminado, con gran discreción recurre a su hijo diciéndole: “¡No tienen vino!”. La madre de Jesús no se resigna, como tampoco Dios se resigna a que falte la alegría y se apague el amor. Tampoco nosotros debemos resignarnos a que las cosas vayan siempre necesariamente de mal en peor.

“No podemos acostumbrarnos a la tristeza, a la disminución de la esperanza y a la falta de amor. La madre de Jesús se hace portavoz del pueblo de Israel, atrapado en una religión decadente e incapaz de transformar la vida, representado en las seis tinajas de piedra, pero deseoso de vida y de salvación. La madre de Jesús se hace portavoz también de la humanidad triste y cansada, pero esperanzada de levantarse siempre y de volver a empezar”, dijo el jerarca católico.

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Además cito las palabras del Papa Francisco en Ecuador hace unos años: “Tengan paciencia, tengan esperanza. Hagan como María, recen, actúen, abran su corazón, porque el mejor de los vinos va a venir. Dios siempre se acerca a las periferias de los que se han quedado sin vino, los que sólo tienen para beber desalientos. Jesús siente debilidad por derrochar el mejor de los vinos con aquellos a los que por una u otra razón, ya sienten que se les han roto todas las tinajas”.

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