OEA aprueba resolución que reanuda seguimiento a crisis de Nicaragua “porque es la peor dictadura de la región”

Por aclamación unánime fue aprobada la resolución llamada “Seguimiento sobre la Situación Sociopolítica en Nicaragua”, adoptada por el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que incluye la reanudación de un grupo voluntario de expertos para documentar las violaciones de derechos humanos que se cometen en este país Centroamericano.

La delegación de Canadá apoyada por varios Estados miembros de la OEA, solicitaron al Consejo Permanente continuar “dando seguimiento a la situación en Nicaragua, cuando lo estime necesario, incluso mediante un diálogo amplio con actores locales e internacionales, incluidas las autoridades nicaragüenses”, pese a que el país ya no es miembro de dicha institución diplomática.

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Dicha resolución, aprobada por unanimidad, es con la finalidad que se facilite, “cuando sea necesario, la consideración de todas las acciones adicionales que puedan contribuir al efectivo ejercicio de la democracia representativa, el Estado de derecho y la protección de los derechos humanos en el país”.

La iniciativa resuelve:

1. Dar por concluido el mandato de la resolución CP/RES. 1109 (2175/18) que creó el Grupo de Trabajo para Nicaragua
2. Reiterar que, de conformidad con la resolución CP/RES. 1234 (2466/23), el Consejo Permanente continuará dando seguimiento a la situación en Nicaragua, cuando lo estime necesario, incluso mediante un diálogo amplio con actores locales e internacionales, incluidas las autoridades nicaragüenses.
3. Contar con un grupo voluntario, abierto a la participación de todos los Estados Miembros, que asista al Consejo Permanente en sus esfuerzos por prestar especial atención a la situación en Nicaragua, sin que ello genere costos para el presupuesto de la Organización. Los insumos que eventualmente aporte este grupo serán sometidos a la consideración del Consejo Permanente de conformidad con lo dispuesto en el literal e) del artículo 8 del Reglamento.
4. Solicitar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que, en el marco de la resolución AG/RES. 3006 (LIII-O/23), continúe suministrando al Consejo Permanente informes periódicos sobre la situación en Nicaragua con el fin de facilitar, cuando sea necesario, la consideración de todas las acciones adicionales que puedan contribuir al efectivo ejercicio de la democracia representativa, el Estado de derecho y la protección de los derechos humanos en el país.
5. Reiterar el llamamiento a los Estados Miembros para que hagan todo lo posible por alentar a las autoridades de Nicaragua a emprender un diálogo al más alto nivel, incluso adoptando acciones, con apego a la Carta de la Organización de los Estados Americanos, para su reincorporación como miembro de la Organización.

Nicaragua “la peor dictadura”

El embajador de Uruguay en la OEA, Washington Abdala, criticó fuertemente a los Ortega Murillo durante su intervención, calificándolos como “la peor dictadura de la región” por la alta gama de violaciones a los derechos humanos cometidos por el régimen contra opositores y pueblo nicaragüense en general.

“Hoy estamos hablando de Nicaragua, el más violento, el más crudo (por tanto) es imposible estar distante del tema, y hacemos muy bien todos los que estamos preocupados por este tema y es muy impactante el nivel de apoyatura que ha tenido en la reunión de hoy”,, expresó el diplomático.

El embajador manifestó que la OEA como órgano diplomático y demás países democráticos, no deben permitir que los tiranos Ortega y Murillo “hagan lo que quieran…no debemos de desligarnos de Nicaragua”.

En cuanto al Estado de Bolivia, manifestó que no están de acuerdo que se cree un grupo de voluntarios expertos para seguir la situación de Nicaragua, ya que el país ya no forma parte del Consejo, sin embargo, “respetan” la decisión y el trabajo de las instituciones dedicada a la defensa de los derechos humanos.

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Por otro lado, Canadá instó a los dictadores de El Carmen “renovar el diálogo con la comunidad internacional” para que se “escuches todas las voces de los nicaragüenses”.