Movimiento Campesino descarta vínculo con grupo político SUMEMOS

El Movimiento Campesino de Nicaragua “Consejo Nacional en defensa de nuestra tierra, lago y soberanía” aclaró públicamente este martes a través de un comunicado que sigue siendo una organización independiente que lucha por la libertad, justicia y democracia en Nicaragua.

La aclaratoria la hace luego que se conociera de la participación de uno de sus integrantes en una de las reuniones de esta organización política.

Se trata del líder campesino, ex carcelado político y desnacionalizado por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, Freddy Navas, a quien se le vio en reuniones con esa organización.

A los líderes del Movimiento Campesino les preocupa que la participación de uno de sus miembros les vincule con esta organización política, por lo que aclararon que Freddy Navas  lo hizo de manera muy personal y no en representación de este Movimiento.

LEA ADEMÁS: «Es un calvario», dice obispo de Honduras al referirse a la situación de la iglesia en Nicaragua

“Aclaramos públicamente que no tenemos ningún vínculo con la organización de SUMEMOS, ni con ninguno de sus organismos afiliados. Respetamos la decisión, a título personal, de algunos de nuestros miembros que participan en reuniones en los diferentes espacios”, dice la nota aclaratoria del Movimiento Campesino.

La organización SUMEMOS es un grupo con visión antisandinista que apunta a unir a otras organizaciones con el mismo sentir para conformar una sola plataforma.

VER ADEMÁS: Nicaragua expulsa a periodista hondureña que denunció persecución religiosa

Continúa organizado en el exilio

El Movimiento Campesino de Nicaragua en su nota afirmó que continúa organizándose en el exilio y afirma estar comprometido en seguir denunciando todas las violaciones a los derechos humanos por parte de la que llama “dictadura criminal sandinista” y para seguir luchando por las libertades públicas dentro del territorio nacional.

Al mismo tiempo, el Movimiento Campesino exigió la liberación incondicional e inmediata de todos los presos políticos, sacerdotes y del obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando José Álvarez Lagos, quien fue condenado por los dictadores a 26 años y 4 meses de prisión.