Fuerte contingente militar acordona iglesia San Miguel Arcángel de Masaya hoy día de su santo

Como si se tratase de una guerra o de un operativo para capturar al más buscado del mundo, un fuerte contingente de agentes de la Policía Sandinista rodeó la Iglesia San Miguel Arcángel de Masaya y cerró todas las vías de acceso al templo este jueves desde horas tempranas, cuando la Iglesia Católica celebra el día de San Miguel.

En el interior de la iglesia algunos feligreses rezaban y ofrecían sus promesas a San Miguel Arcángel en horas tempranas, pero al salir descubren la presencia de decenas de agentes antimotines rodeando la iglesia con actitud amenazante.

Pese al asedio policial, la misa en honor a San Miguel Arcángel la celebró Monseñor Boanerges Carballo Madrigal, Vicario Episcopal Pastoral, quien en su homilía manifestó que recuerdan al santo patrono San Miguel Arcángel como un servidor fiel que se entrega totalmente al servicio de Dios y animó a los fieles de la iglesia a imitarlo.

“Lo recordamos para que podamos luchar contra aquellas realidades que quieren corromper esa admirable armonía. El diablo, el autor del pecado, Satanás, el que divide y que acusa dicen las Sagradas Escrituras, quiere romper armonía de Dios, no sólo en la tierra sino también en el cielo”, enfatiza Monseñor Carballo y agrega que la vida cristiana no se desarrolla con la fuerza humana sino también con la ayuda de Dios.

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Templo sitiado

El líder católico enfatiza que en la palabra de Dios los cristianos encuentran ánimo y esperanza, sobretodo cuando hay algunos que quieren corromper los planes de Dios e intentan desorientar a los creyentes en el camino de la fe.

El irracional estado de sitio implantado en las afueras del templo de Masaya se intensifica tras el discurso racista y de odio del dictador Daniel Ortega y Rosario Murillo, la noche de este miércoles, en contra de la Iglesia Católica y sus líderes espirituales, en el marco del 43 aniversario de la Policía Sandinista, brazo represor de Ortega.

Durante el acto del 43 aniversario de fundación de la Policía Nacional, Ortega retomó su discurso abalanzándose contra la iglesia católica y atacando al papa Francisco, profesando sus orígenes en el catolicismo, pero añadió que ya no se siente representado por esta religión al asegurar que los curas y obispos en Nicaragua son “terroristas y golpistas”.

“Cuántos de hábitos han cometido miles de crímenes en el mundo que se denuncian desde que fue la inquisición, donde quemaban, asesinaban al que no pensaba como ellos y que no repetían sus dogmas, sí, la Santa Iglesia Católica, quemando, persiguiendo, organizando cruzadas para matar”, dice Ortega.

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Ante la lealtad de la sancionada institución policial, Ortega dijo que los crímenes cometidos por la Iglesia Católica “ameritan ir a la Corte Penal Internacional”.

“Es una iglesia que se prostituyó, que denigró a Cristo, que manchó a Cristo”, agrega Ortega.

Por su parte, Rosario Murillo, vocera gubernamental, tildó a los sacerdotes católicos de ser “enviados del diablo” y los acusó de ser asesinos.

En el marco del llamado de la comunidad internacional de cesar la persecución religiosa en Nicaragua que ha obligado a decenas de sacerdotes a exiliarse forzosamente, que ha concluido en secuestros de curas-párrocos, la desaparición del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez y el destierro de otros, la también vicedictadora confesó que “aquí no hay perdón”.

“Aquí no hay perdón porque Dios no puede perdonar a quienes creen que impunemente asesinaron, mataron, violaron, torturaron, publicitaron, destruyeron e incendiaron a este país, donde la gente buena vivimos, viven con sencillez trabajando, estudiando”, alegó Murillo.

Murillo dijo que mientras la iglesia supuestamente servía para encubrir a los “terroristas y golpistas”, ella leía La Biblia porque sentía que estaba “bajo fuego del infierno”.

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Comisionado Juan Valle abucheado por feligreses

Durante la bajada de San Jerónimo, santo patrono de los masaya, y tras la prohibición de sus procesiones de parte de la Policía Sandinista, centenares de feligreses que se concentraron dentro de la Iglesia del mismo nombre, abuchearon al Comisionado juan Valle Valle, mientras este salía del templo resguardado por sus agentes, luego de llegar a advertir al sacerdote Ramón López, que no sacara a la imagen en procesión.

En Nicaragua la dictadura de Daniel Ortega condenó a dos sacerdotes por la comisión de supuestas delitos comunes, mientras que otro grupo de religiosos y sacerdotes permanecen bajo procesos judiciales en secreto.