Rosario Murillo llama “enviados del diablo” a sacerdotes católicos

Al finalizar el acto del 43 aniversario de fundación de la Policía Nacional, sancionada en 2020 por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, la vocera del régimen sandinista, Rosario Murillo, continuó su discurso en contra de la Iglesia católica en Nicaragua y llamó “enviados del diablo” a sacerdotes y obispos.

En el marco del llamado de la comunidad internacional de cesar la persecución religiosa en Nicaragua que ha obligado a decenas de sacerdotes a exiliarse forzosamente, que ha concluido en secuestros de curas-párrocos, la desaparición del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez y el destierro de otros, la también vicedictadora confesó que “aquí no hay perdón”.

“Aquí no hay perdón porque Dios no puede perdonar a quienes creen que impunemente asesinaron, mataron, violaron, torturaron, publicitaron, destruyeron e incendiaron a este país, donde la gente buena vivimos, viven con sencillez trabajando, estudiando”, alegó Murillo.

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La funcionaria más sancionada de la región acusó a la jerarquía católica de cometer supuestos delitos de “violación y tortura” durante el llamado “golpe de estado”, como también lo mencionó el dictador nicaragüense, Daniel Ortega, durante su discurso en el que señaló que la iglesia católica es una “tiranía perfecta”.

Murillo dijo que mientras la iglesia supuestamente servía para encubrir a los “terroristas y golpistas”, ella leía La Biblia porque sentía que estaba “bajo fuego del infierno”.

“Sabemos que La Biblia es dura para condenar los crímenes y sobre todo el odio, la atrocidad, dura La Biblia; cuando estuvimos asolados, acosados y luchando contra ese odio, y ese genocidio que quisieron hacer en Nicaragua, cuando estuvimos bajo ese fuego del infierno, porque no era fuego sagrado, nosotros leíamos las Sagradas Escrituras y decíamos este no es el pueblo de Dios, estos son enviados del diablo satánico”, manifestó.

Rosario Murillo dijo sentirse traicionada

Desde el inicio del estallido social y político en Nicaragua, en 2018, la iglesia católica se mostró en contra de las injusticias y de todo el aparato represivo del gobierno para terminar con las manifestaciones antigubernamentales que exigían la renuncia de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

A pesar que la iglesia sirvió como mediadora en diálogos entre el gobierno y la oposición, así como la empresa privada, la jerarquía católica siempre le exigió a la dictadura de Ortega cesar la represión y el encarcelamiento de opositores.

Murillo recordó una ocasión en que los obispos y sacerdotes de Nicaragua llegaron a solicitarle a ambos su renuncia a la presidencia de Nicaragua, lo cual calificó como una “traición”.

“Fue doloroso vivir la tragedia de quienes diciéndose portadores de fe, los peores que ya sabemos quienes son y dónde están, nosotros vivimos esos momento con una sensación de traición”, agregó.

Ascensión de grado de seis comisionadas mayores a comisionadas generales

Durante el acto Murillo dio lectura al acuerdo presidencial que confirma la ascensión de seis oficiales mujeres y tres hombres, de Comisionados Mayores a Comisionados Generales. Se trata de Mayra del Carmen Pizarro Martínez, jefa de Dirección Aeroportuaria; Martha Ligia Solórzano Suárez, jefa de la Policía del departamento de Boaco.

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Además de Janina de los Ángeles Robleto Zeledón, jefa de la Dirección de Asuntos Juvenil a nivel de todo el país; Thelma Isabel Collado Cerda, jefa de la Policía del distrito III de Managua; Johana Francisca Plata Tijerino, jefa nacional de las Comisarías de la Mujer; y Vilma Rosa González González, jefa de Relaciones Públicas de la Policía.

Los comisionados ascendido en grado de Comisionado General son: Diego Manuel Baltodano Callejas, jefe de Seguridad Fronteriza; Juan Manuel Chávez Chávez, jefe de la Policía de la Región Autónoma de la Costa Norte; y Luis Alberto Guevara, jefe de Contrainteligencia Policial.