• Managua, Nicaragua
  • 7:38 pm
  • Jul 5, 2022

Karelia de la Vega resurge con un emprendimiento de cajetas en Costa Rica

Camina por las calles del centro de San José sin perder su ímpetus. Se dirige a eso de las 10:00 am a soda (comedor) Pucci, donde fue recibida por una nicaragüense que le abrió las puertas de su negocio para emerger luego de un episodio que marcó un antes y un despues en su vida […]
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Camina por las calles del centro de San José sin perder su ímpetus. Se dirige a eso de las 10:00 am a soda (comedor) Pucci, donde fue recibida por una nicaragüense que le abrió las puertas de su negocio para emerger luego de un episodio que marcó un antes y un despues en su vida como lo es el exilio.Entra al local y es abrazada por la propietaria (un ángel en su camino), avanza hacia la cocina y de inmediato toma los cocos y papayas que debe pelar y rallar para la elaboración de las típicas y deliciosas cajetas nicaragüenses.

En el proceso de preparación cuenta su odisea, vivió asedio policial por 4 años, se convirtió en una enemiga del régimen por emitir sus criterios sobre la realidad del país, las violaciones de los Derechos Humanos y las encarcelaciones de opositores.

El hostigamiento fue en ascenso y las amenazas en su contra tomaron mayor fuerza, no le quedó otro camino que huir.

“No quería sumar uno más de la lista de los presos políticos, ni tampoco de los asesinados en Nicaragua, porque sabemos que la policía tiene licencia para matar junto con el gobierno y personas afines al gobierno, parapoliciales que tienen esa licencia en Nicaragua para matar a las personas que pensamos diferente”.

Estando fuera mantiene su exigencia de libertad para los prisioneros de la dictadura y la demanda de democracia e institucionalidad.

Labor humanitaria criminalizada  

Ya colocando el coco rallado en una olla, poniéndole azúcar y colorante para remover una y otra vez, recordó que se vio obligada a abandonar su comedor infantil que improvisó en su propia casa en la comunidad Pochocuape, jurisdicción de Managua.

Allí atendía a decenas de niños en situación de vulnerabilidad, cuyas familias no cuentan con recursos en ocasiones ni para comparar alimentos.

Los niños y niñas sonreían con su plato de comida en mano, pero esta sonrisa era entorpecida por el acoso de los uniformados sandinistas que hasta impedían a las personas llegar a la vivienda de Karelia empleando la intimidación.

“Con mi gente no te metas, no hacen, ni dejan hacer”, les gritaba molesta Karelia de La Vega.

“Ha sido bastante difícil dejar mi familia, mi trabajo, como es ayudar a los niños de escasos recursos de mi barrio, ayudar a las personas que necesitan el apoyo de la mano amiga… realmente yo no tengo dinero pero sí tengo las intenciones de ayudar a las personas, sobre todo a los niños, ir formando nuevas generaciones con estudios y bastantes sueños que algunos tienen para realizar en esta vida”, explicó Laddy la vulgaraza en entrevista con Nicaragua Actual.

Asegura que este nuevo capítulo en su vida no la ha derrotado, por eso sin perder tiempo buscó una forma de sobrevivir, aún cuando no tiene una vivienda, trabajo y salario fijo.

El emprendimiento es el camino que mejor conoce y su disciplina, entusiasmo y disposición le garantizan un recorrido de aprendizaje y crecimiento.

Sus cajetas representan un ingreso, poco pero bendito y hoy sacó su tanda del día, moldea con un tenedor y una cuchara el producto ya preparado para darle forma y proceder cuando se enfríen a depositarlas en un recipiente para exhibirlas a público.

VÍDEOS: YO PUEDO YO EMPRENDO

“Pretendemos ir metiendo de poco en poco más productos como: Cajeta negra, coyolito, maní, los buñuelos y todo lo que tenga que ver con dulces tradicionales, de las recetas que traemos desde Nicaragua a Costa Rica”

Para ello cuenta con el apoyo de Sandra Halum, una connacional que lleva al rededor de 40 años en Costa Rica y es la propietaria de Soda Pucci, quien le permite un espacio para que elabore sus productos y los comercialice.

“Yo igual que ella un día llegué a este país y es duro abrirse paso, me conmovió mucho saber que ella en Nicaragua trabaja apoyando niños de la calle, yo quisiera que ella no perdiera eso y desde aquí siguiera ayudando y desgraciadamente lo único que puedo darle es el punto que tengo” comentó conmocionada Halum.

Ese negocio está ubicado en San José centro, del Antiguo registro 50 metros al Sur, calle 6, allí uno podría decir que está completo porque encuentra comida y postres elaborados por manos Nicas.

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