Murillo llama “criminales” a sacerdotes y olvida que ella es acusada por crímenes de lesa humanidad

Este martes, la vocera sandinista Rosario Murillo, revivió sus furibundos ataques en contra de sacerdotes y obispos como parte de su campaña de desprestigio y criminalización de la fe católica en Nicaragua. Durante su discurso del mediodía, la vicedictadora llamó “criminales” a los religiosos por su participación activa en defensa de los derechos humanos del pueblo nicaragüense durante la represión de 2018.

Sin decir nombres, Murillo se refirió a los sacerdotes y dijo que éstos “tocaban las campanas para asesinar”, afirmando que los religiosos eran los que lideraban los llamados “tranques de la muerte”, pero sin presentar pruebas sobre sus señalamientos. En ese sentido, la funcionaria sandinista tildó nuevamente a los curas de ser “diabólicos” y los acusó de actuar como “sacrílegos”.

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En su afán por desprestigiar a las autoridades de la iglesia católica, Murillo dijo también que los sacerdotes en Nicaragua “son criminales de lesa humanidad”, sin embargo, olvidó que ella en complicidad con su esposo, el dictador Daniel Ortega, son realmente los acusados de cometer violaciones y abusos a los derechos humanos que constituyen “crímenes de lesa humanidad”, así lo confirmó un informe presentado en marzo pasado por las Naciones Unidas.

“Cómo nos impusieron esos tranques de la muerte, los perversos, los diabólicos, cómo nos impusieron la zozobra en este país. Cuánta muerte sembraron todos ellos, todos juntos, y otros que preferimos no mencionar ¿quién tocaba las campanas para que llegaran a asesinar a los hermanos y hermanas en los municipios?”, dijo la vocera sandinista.

“Ahora se pronuncian sacrílegamente porque el que manda a matar es sacrílego (…) sacrilegio lo que comenten; esos son los protegidos, preferidos de los imperios para su desgracia porque son criminales de lesa humanidad”, acusó.

Afirma que sacerdotes eran financiados

Asimismo, la vicedictadora aseguró que los jerarcas católicos eran financiados por el gobierno de los Estados Unidos, como en ocasiones anteriores se ha referido en contra de los opositores nicaragüenses, ahora en el exilio, a quienes tildó de “vende patria”, “golpistas” y “terroristas”.

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“Fueron financiados por los que ya sabemos, agentes del imperio son todos ellos, todos los incluidos”, añadió.

Esta no es la primera vez que Murillo se refiere en ese tono en contra de los sacerdotes y obispos nicaragüenses. En discursos públicos ella le ha declarado la guerra a la iglesia católica y sus autoridades, como parte de su “campaña de terror” para consolidar su única verdad frente a las acusaciones de la comunidad internacional, a quienes llama “injerencistas”.

En un contexto de recibimiento de muestras de lealtad a Ortega y Murillo de parte del Ejército y la Policía en ocasión al 44 aniversario de fundación de ambas instituciones acusadas de reprimir al pueblo, Murillo ha pregonado que “con la paz no se juega”, como una advertencia a sus disidentes y opositores que aún permanecen dentro del país.

Esta misma frase ha sido utilizada por el Ejército y la Policía para ilustrar como lema de sus desfiles militares y reproducir el mismo discurso anti-imperialista y socialista del régimen orteguista.

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“Usar los instrumento de la paz, de las pastorales, de las concordias para mandar a matar, qué sacrilegio por partida doble; sabemos, conocemos y por eso custodiamos celosamente la paz”, finalizó Murillo.