Mujer narra su testimonio sobre incidente ocurrido con sacerdote de Nandaime

24 horas después que el sacerdote Manuel Salvador García de Nandaime fue detenido por la Policía sandinista, Martha Rivas Hernández apareció ante las cámaras de medios oficialistas como la presunta víctima del cura y aseguró que el religioso la agredió la noche del pasado 30 de mayo, cuando llegó de visita y mientras tomaban licor.

Durante sus declaraciones, la fémina, quien se identificó como “amiga íntima” de García, no mencionó si realizaría alguna acusación en contra del sacerdote. Sin embargo, describió que García le pidió disculpas por tratarse de un golpe “sin intención”.

La mujer de 44 años de edad y originaria del municipio de Diriá, Granada, narró que todo empezó cuando tomó el celular del sacerdote y en un acto de “atrevimiento” le reclamó por “un chat” que supuestamente “mal interpretó”.

Irritado, García le dijo que “los celulares son privados”, y empezó la discusión.

La mujer, quien llegó de visita junto de sus hijos, una adolescente de 15 años y un niño de 11, relató que permanecía dentro de la casa cural tomando licor con el religioso. Tras el incidente, el sacerdote caminó para abrir la puerta y despedir a la mujer quien ya se iba junto a sus hijos.

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“En eso él sale a desenllavar el portón; él pensó que el candado lo había dejado en la argollita y como estaba algo oscuro me dice ‘a eso viniste a visitarme, para reclamar’, en eso hizo así (estira el brazo izquierdo) llevaba el candado y me dio aquí (señala la parte baja de su ojo derecho) y me reventó ahí, empecé a sangrar, y llamé a mi hija”, añadió la fémina.

En medio de la desesperación dijo que su hija adolescente salió gritando al atrio de la iglesia pidiendo ayuda para ella porque estaba sangrando.

Martha luego dice que le pidió a su hija que entrara de nuevo al templo, donde se limpió la herida con “con agua de manzanilla”.

Minutos después, mientras se encontraba junto al sacerdote en el comedor, escucharon golpes en el portón principal de la iglesia como si intentaban ingresar, lo que provocó que el religioso tomara su machete y saliera irritado hacia afuera de la casa cural.

“Empezaron a gritarle, a decirle asesino; llegó una patrulla y me quedé en el otro portón de atrás atendiéndolos con mi ojo tapado. Dí mi declaración, y me dijeron ‘trate de meterlo que está improsulto’. Se logró controlar y nos metimos”, sostuvo Rivas.

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La mujer -con moretones en el rostro- dijo a medios oficialistas que conocía al sacerdote desde finales de 2019, pero que mantienen una “amistad íntima” desde 2021.

Hasta el cierre de esta nota, Monseñor Jorge Solorzano de la Diócesis de Granada no se ha pronunciado sobre el caso, sin embargo, en horas de la noche del pasado miércoles fuentes cercanas a la iglesia católica revelaron a Nicaragua Actual que el religioso fue detenido por la policía sancionada y presuntamente se encuentra en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial, conocidas como el nuevo chipote, en Managua.