Ortega retoma ataques contra Monseñor Silvio Báez y Rolando Álvarez: “son unos terroristas”
“Hay unos cuantos curitas (sacerdotes), Báez y el de Matagalpa, terroristas, que cuando decíamos vamos a votar que se levanten los tranques, ellos en contra levantaban la mano”, acusó Ortega.

Daniel Ortega arremete contra monseñor Silvio Báez y el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez.
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El dictador Daniel Ortega emprendió este lunes una nueva embestida de agresiones y señalamientos en contra de monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, y monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, ambos desterrados de Nicaragua por la dictadura sandinista, a quienes tildó de terroristas durante el acto del 45 aniversario del Ejército de Nicaragua.
El líder sandinista se mostró descontento al recordar el levantamiento cívico de 2018 que desencadenó la furia del régimen sandinista y dijo que algunos “sacerdotes terroristas” aplaudieron los asesinatos y la destrucción de los bienes públicos supuestamente por manifestantes antigubernamentales.
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En ese sentido, arremetió directamente contra los obispos católicos Álvarez y Báez -considerados ambos símbolos de resistencia dentro de la iglesia católica nicaragüense- al acusarlos de ser los primeros en rehusarse a votar para que en 2018 se levantaran los tranques en todo el país, pues a su criterio, los jerarcas religiosos querían destruir el país.
“Mientras tanto en el diálogo (2018-2019) los delegados del pueblo llegaban a plantear que se suspendieran los tranques para buscar un arreglo y hay unos cuantos curitas (sacerdotes), Báez y el de Matagalpa, terroristas, que cuando decíamos vamos a votar que se levanten los tranques, ellos en contra levantaban la mano; y los curas levantando las manos, no todos, pero sí Báez y el de Matagalpa, y eso lo vio todo Nicaragua”, despotricó el dictador sandinista.
Ortega dijo que le gustaba recordar lo ocurrido en 2018, misma situación que calificó de “fatídico”, y al mismo tiempo aprovechar para arremeter contra las autoridades eclesiásticas de la iglesia católica, a quienes en ocasiones anteriores ha tildado de “hijos del diablo”, “tranqueros” y “asesinos”.
“Ese 2018 fue un año doloroso, fatídico, donde se juntaron todos los demonios y se lanzaron a asesinar, quemar las escuelas, no solo las escuelas, alcaldías, universidades, sino también a quemar a quienes identificaban como sandinista, policía, los torturaban y los filmaban”, continuó diciendo Ortega.
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Sacerdotes se convirtieron en “gente descompuesta”
El dictador nicaragüense dijo que antes de 2018 “el país venía creciendo, incrementando el salario, multiplicándose el trabajo” y reiteró “que no nos arrodillamos ante los imperialistas de la tierra, ante Cristo, ante Dios sí nos arrodillamos para enfrentar a los imperialistas de la tierra, para combatir”.
“No podemos olvidar el año 2018, porque ya Nicaragua era un país en paz, lográbamos cohabitar por acuerdos que se habían tomado en los diferentes sectores”, insistió.
Por otro lado, en su discurso de odio y de venganza, como es costumbre, Ortega arremetió nuevamente contra todos los sacerdotes nicaragüenses al asegurar que en 2018 ellos se convirtieron en “gente descompuesta” al no respaldar a la dictadura sandinista y en su lugar, apoyar a las víctimas de la represión gubernamental.
El líder sandinista acusó a los religiosos católicos de odiarlo y dijo que estos “no practicaban lo que es y lo que manda Cristo”.
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“Ellos no amaban al prójimo como manda Cristo, ellos odiaban y lo decían públicamente y exaltaban a los que estaban asesinando y les decían que al que asesinaban lo fueran a tirar a un escusado (letrina), dirigiendo ahí, o sea se convirtieron -o ya eran- gente descompuesta que querían acabar con los beneficios que traían para el pueblo esta revolución”, añadió.