CIDH: denuncian exilio de periodistas nicaragüenses y ataques al ejercicio profesional
Alberto Brunori, representante de la ONU, dijo que “el exilio de periodista implica una alerta para la democracia y requiere una atención especial”.
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El representante de la Oficina Regional para América Central y el Caribe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, Alberto Brunori, denunció este jueves en audiencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que el autoritarismo de los gobiernos de la región ha provocado el desplazamiento forzado de periodistas, como es el caso de Nicaragua.
El experto en derechos humanos afirmó que en los últimos años el exilio de los periodistas ha aumentado debido a la presión que reciben los medios de comunicación en muchos países, aunque recordó que gracias a la tecnología estos pueden trabajar desde el extranjero ya que la inseguridad en sus países es aún mayor.
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A su criterio, la creciente presión sobre los medios de comunicación y las tendencia autoritarias, inclusive en Estados democráticos, están cerrando el espacio para medios independientes forzando a muchos periodistas a huir creando “un vacío informativo cuando la capacidad de la sociedad para mantenerse informada es crítica”.
“El exilio de periodista implica una alerta para la democracia y requiere una atención especial de estas personas. Los periodistas en el exilio brindan información crucial sobre sus países y en el mundo”, expresó Brunori luego de insistir que sin los profesionales de la comunicación la información “es gravemente comprometida”.
Nicaragua en alerta por el exilio de periodistas
Guillermo Medrano, de la Fundación para la Libertad de Expresión y Democracia (FLED), hizo un recuento de los ataques y los patrones de represión de la dictadura sandinista en contra de los periodistas nicaragüenses, que ya suman 263 los que han abandonado el país por seguridad desde abril de 2018 hasta junio de 2024.
Medrano advirtió que Nicaragua atraviesa una de sus peores crisis de violaciones a derechos humanos las cuales escalaron a niveles de mayor violencia a partir de la rebelión cívica de 2018, sobre todo en contra de los periodistas y los medios de comunicación independiente.
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En ese sentido, señaló que los principales patrones de represión que ejerce el Estado de Nicaragua para forzar el exilio de periodistas son; la amenaza de encarcelamiento, asedio e intimidación en las casas de los periodistas, y la difamación y calumnia en contra de periodistas y medios de comunicación independiente.
“Otro factor es la judicialización de la práctica periodística implementada a través de leyes arbitrarias, como la ley de agentes extranjeros, ciberdelito y la defensa del pueblo extranjero. Es relevante mencionar que la retención migratoria, el decomiso de pasaporte y la prohibición de retornar al país no solo ha afectado a periodistas, sino también a sus familiares. Esto se convierte en un destierro forzado”, añadió.
Piden resultados en favor de los periodistas exiliados
Medrano reiteró que para sobrevivir a esa adversidad del destierro y el exilio forzado, los periodistas nicaragüenses han tenido que desarrollar un periodismo colaborativo que consiste en que un periodista debe colaborar hasta con tres medios de comunicación para ajustar un salario que pueda subsanar un salario mínimo.
“En Costa Rica está al menos el 50% de los periodistas exiliados. Muchos periodistas aún no cuentan con una resolución oficial de refugio y esto también disminuye las posibilidades de ingresar al mundo laboral”, expresó.
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Por tal razón, Brunori pidió a la comunidad internacional atender la seguridad de los periodistas exiliados y la situación que viven en el extranjero desde donde asumen el reto de seguir informando a pesar de las limitaciones económicas y la escasa información en sus países.
“Invito a la comunidad internacional a tomar medida contundentes para cuidar a los periodistas en el exilio, es imperativo garantizar su seguridad para continuar su labor esencial. Su protección es una cuestión imperiosa de mantener la información. La violación a sus derechos es una afrenta a la libertad de expresión”, finalizó.