Dictadura continúa encarcelando sacerdotes, detienen al vicario de la Arquidiócesis de Managua

Los tiranos sandinistas continúan al acecho contra sacerdotes y líderes religiosos de la iglesia católica de Nicaragua, pues en menos de una semana el régimen encarceló a otro religioso, denunció la investigadora y abogada Martha Patricia Molina.

“El Ministerio del Interior amanece realizando su primera arbitrariedad. Han secuestrado a Monseñor Carlos Avilés, Vicario General de la Arquidiócesis de Managua quien en años anteriores declaró que “el presidente Daniel Ortega miente al decir que en Nicaragua hay libertad  religiosa”, denunció Molina en sus redes sociales.

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Una fuente cercana al religioso, confirmó a 100% Noticias la detención de Carlos Avilés de quien “no sabemos nada”, alegó.

Molina aseguró que “el clero de la Arquidiócesis de Managua en oración ante tanta arbitrariedad. La vida de monseñor Avilés se encuentra en peligro. Que la dictadura respete su integridad física”.

Monseñor Avilés es un fuerte crítico de la pareja de dictadores Ortega y Murillo por sus crímenes y la persecución desatada contra el clero católico y la detención arbitraria del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez.

La tiranía sandinista ha desatado una cacería de sacerdotes en los últimos días a lo largo del país, sobre todo contra quienes rezan por la libertad de monseñor Álvarez durante sus homilías, en un intento por hacer el el nombre del Obispo de Matagalpa sea olvidado.

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Recientemente la sancionada policía sandinista detuvo al obispo de Siuna, monseñor Isidoro del Carmen Mora Ortega;  al Vicario General de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Óscar Escoto Salgado; al padre Jáder Guido, segundo vicario de la catedral de Matagalpa; y a Monseñor Pablo Villafranca de la parroquia Nuestro Señor de Veracruz en Nindirí, Masaya, respectivamente.

Las últimas detenciones de sacerdotes han sido de manera “express”, pues a pocas horas de ser detenidos son puestos en libertad, para nuevamente ser secuestrados, tal es el caso de los sacerdotes que Óscar Escoto y Pablo Villafranca, quienes luego de su segunda detención no han sido liberados.

Los intentos de la dictadura por desparecer a la iglesia católica del país, lo ha llevado de manera ilegal a expulsar o desterrar a más de 60 sacerdotes que en su mayoría, primero encarcela y luego los destierra de facto o bien, los obliga a exiliarse.