Nuncio Apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag es destituido por el Papa Francisco

Monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, quien fungiera como representante de la Santa Sede en Nicaragua desde el 2018 hasta en 2022, fue destituido por el Papa Francisco como Nuncio Apostólico para Nicaragua y designado para otros cuatro países de África Occidental, así lo confirma el Boletín Oficial de la Santa Sede este 6 de septiembre.

Pese a su expulsión de Nicaragua de parte de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo como representante de la Santa Sede, Waldemar Stanislaw Sommertag, aún conservaba su cargo como Nuncio para este país.

Hasta el momento se desconoce si el cargo que ocupaba Waldemar en Nicaragua lo ocupará otro enviado del Papa, en un contexto en que se vive la peor crisis en la historia de Nicaragua en que la Iglesia Católica y sus líderes espirituales sufren persecución, amenazas, asedio y cárcel, en medio de una feroz campaña de odio, que ejecuta el régimen sandinista.

“Nombramiento del Nuncio Apostólico en Senegal, Cabo Verde, Guinea-Bissau y Mauritania. El Santo Padre nombra a Su Excelencia Monseñor Waldemar Stanisław Sommertag, arzobispo titular de Maastricht, actualmente nuncio apostólico en Nicaragua, en Senegal, Cabo Verde, Guinea-Bissau y Mauritania”, informa la Santa Sede en su Boletín Oficial  que publica su página web.

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La salida del representante del Papa Francisco de Nicaragua dejó preguntas sin responder y la realidad del caso se centraría, hasta hoy, en teorías; a esto le puso fin un comunicado del Vaticano.

Vaticano “sorprendido”

En él señala a la administración de Daniel Ortega y Rosario Murillo como los responsables de la partida de Waldemar Stanislaw Sommertag, quien fungió desde 2018 como nuncio apostólico y participó de los intentos de negociación entre la oposición y la dictadura en el estallido social.

“Recibimos con sorpresa y dolor la comunicación de que el Gobierno de Nicaragua ha decidido retirar el beneplácito (agrément) a S.E. Mons. Waldemar Stanislaw Sommertag… imponiéndole que dejara inmediatamente el país después de notificarle esa medida”, afirma el escrito del Vaticano.

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Sommertag, un irritado funcionario que siempre respondió iracundo a las interrogantes de los medios de comunicación por su cercanía con la dictadura, en “aras de apelar por los presos políticos y el cese de la violencia”, en múltiples ocasiones acompañó las actividades del gobierno desde donde le hacían la invitación.

Estuvo en medio de las diferencias entre religiosos críticos del autoritarismo y las amenazas del sandinismo, sin que su incidencia lograra bajar el nivel de las tensiones con la iglesia Católica que enarboló y continúa alzando la voz de justicia.