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  • 12:22 pm
  • Dic 3, 2024

Destierran a Panamá a sacerdote de Nueva Guinea, Floriano Vargas

El sacerdote desterrado habría desaparecido el pasado 1 de diciembre luego de oficiar una misa en Nueva Guinea, sin embargo, ahora fue enviado a Panamá.

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El párroco de la Iglesia San Martín de Porres en Nueva Guinea que recientemente fue secuestrado por las autoridades represoras al servicio de los dictadores sandinistas Ortega y Murillo, fue desterrado del país, según confirmó el líder opositor Medardo Mairena.

El sacerdote desterrado fue Floriano Ceferino Vargas, quien habría desaparecido el pasado 1 de diciembre luego de oficiar una misa en Nueva Guinea, sin embargo, ahora fue enviado a Panamá.

“El destierro es un crimen de lesa humanidad. Nos informan que el padre Floriano Ceferino Vargas, párroco de la Iglesia de San Martín de Porres en Nueva Guinea, ha sido desterrado por el régimen sandinista de los Ortega-Murillo. País de destino: la República hermana de Panamá”, denunció Mairena en su cuenta de X.

En las últimas semanas, varios sacerdotes han sido detenidos arbitrariamente y obligados al exilio, como es el caso de Asdrúbal Zeledón Ruiz, de la Diócesis de Jinotega.

Uno de los últimos sacerdotes que fue obligado al destierro fue el obispo Carlos Enrique Herrera Gutiérrez, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua y miembro de la Orden de Frailes Menores. Fue detenido tras asistir a una reunión episcopal en Managua el pasado miércoles 11 de noviembre.

Ortega de adhiere autoridad para criminalizar a sacerdotes

Entre los más de 100 artículos de la nueva reforma a la Constitución Política presentada al parlamento de Nicaragua, está el artículo 14, el cual establece que “el Estado garantizará la libertad de culto, fe y prácticas religiosas en estricta separación entre el Estado y la iglesia”.

Esto significa que el dictador Ortega se adhirió la autoridad y potestad de decidir quienes pueden integrar las filas de la iglesia católica y quienes no, y los que no, será encarcelados o desterrados del país sin derecho a su nacionalidad.

Ortega prometió un amparo a los líderes católicos, pero bajo la condición que las organizaciones religiosas deben mantenerse alejadas del control o financiación del extranjero, y que ninguna persona o instituciones eclesiásticas pueden realizar actividades que ellos consideren que atentan contra el orden público.

Es decir, con esta nueva reforma los Ortega Murillo buscan eliminar la independencia de la Iglesia en Nicaragua e institucionalizar el hostigamiento, persecución y aprehensión de religiosos católicos en el país.

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